300 escritores se reúnen en Estocolmo para hablar de la ficción del crimen
Reunión de trescientos que trabajan con el asesinato tituló un vespertino de Estocolmo en alusión al III Congreso Internacional de Escritores de Novelas Policiacas, cuya inauguración oficial tuvo lugar ayer. El Grand Hotel de la capital sueca se ha convertido por unos días en el cuartel general de escritores provenientes de los más diversos países, cuyo oficio es el de hurgar en el mundo del crimen y su circunstancia para extraer de él la fuente de su inspiración.
Junto a los viejos nombres consagrados universalmente están los. representantes de las nuevas generaciones, que buscan, algunos con sobrados méritos, hacerse un lugar en la fama. La primavera sueca, esquiva como siempre al sol y calor, proporciona, en cambio, una luminosidad que junta los crepúsculos con los amaneceres, de manera que la noche, esa aliada del crimen y del escritor del género, falta como telón de fondo adecuado.Las librerías de Estocolmo han engalanado sus vidrieras con los más famosos títulos policíacos traducidos al sueco o al inglés, y con carteles alusivos al congreso. La revista española Gimlet, dedicada al género policíaco, que dirige Vázquez Montalbán, representa a España en este congreso.
Exposición
En la ceremonia de apertura, dijo las palabras de rutina Kiell Stensson, presidente de la Academia Sueca de Escritores Policíacos, y luego se inició el programa de actividades previsto. Entre ellas se destacó la inauguración, en la Biblioteca Real, de una muestra del libro policiaco sueco. Bajo el sugestivo título de Hazañas del crimen, se han reunido desde viejas revistas policiacas de los años treinta hasta la producción más reciente del género. Dagmar Lange, una figura señera de la literatura policial sueca, presentó la exposición.Posteriormente, tuvo lugar la mesa redonda sobre el tema La novela policiaca en diferentes países y medios culturales, que resultó enriquecida con aportes de diversa procedencia.
Todo transcurre de acuerdo con la tradicional modalidad sueca de preverlo todo o casi todo.
El único suspenso., celosamente guardado por los responsables, es el nombre del título y autor de la mejor novela policial 1981. Un jurado internacional ha dado ya su veredicto, pero el viernes se desvelará la incógnita.
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