El ministro de Obras Públicas fue a los barrios a dar seguridades de que las remodelaciones serán concluidas

El ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Luis Ortiz, acudió ayer, por la mañana, a los barrios de Orcasitas y Vallecas para darles seguridades a sus vecinos de que las obras de remodelación actualmente en marcha serán concluidas hasta que todos ellos hayan conseguido la vivienda digna por la que han luchado a lo largo de los últimos años. No obstante, el propio ministro advirtió posteriormente, en una reunión con los periodistas que siguieron el recorrido oficial, que las remodelaciones de barrios a cuenta del Ministerio se han acabado con las de los veintidós barrios actualmente sometidos a tal proceso.

La visita comenzó, pasadas las once de la mañana (con una media hora de retraso), con una reunión en la sede de la asociación de vecinos Guetaria, en el Poblado Dirigido de Orcasitas, en la que los vecinos expusieron al ministro su preocupación por tres temas concretos: el conseguir un seguro de que las nuevas viviendas que ahora se construyen no se caerán, tal como ocurrió con las que formaban hasta ahora el barrio, y de que, en caso contrario, el propio Ministerio será el encargado de construir unas nuevas que las sustituyan; que la financiación de esas viviendas se hará de acuerdo con los principios que hasta ahora tenían pactados vecinos y Administración, y que los retrasos imputables directamente al Ministerio o a las grandes compañías de servicios (agua, gas y electricidad) no se continuarán produciendo.El ministro no desaprovechó este primer contacto con los vecinos («yo he venido a conocer los problemas de los barrios sobre la marcha», dijo) para tranquilizar a éstos: «No habrá solución de continuidad. Lo que el Ministerio prometió en su día lo está cumpliendo y lo seguirá cumpliendo» y «la orden comunicada por la que se rige el proceso de remodelación y las condiciones económicas en las que los vecinos tendrán acceso a su nueva viviendas se va a mantener tal cual en sus propios términos» fueron frases que intentaron llevar (y de hecho lo consiguieron) la tranquilidad a los vecinos.

El seguro que los vecinos quieren conseguir del Ministerio pasa por una propuesta bien concreta: que la propiedad de los nuevos edificios continúe en manos de la Administración, para que sea ésta la que, en caso de que fueran detectadas deficiencias graves, se viera obligada, como propietario legal, a repararlas. Para ello, los vecinos no serán propietarios oficiales de sus viviendas (aunque las ocupen como titulares legales) hasta que, pasados los 35 años que la legislación les da de plazo máximo para amortizarlas, las hayan pagado en su totalidad. Sin embargo, los vecinos (y así lo expusieron públicamente) están dispuestos a cargar con los gastos comunes que produzcan los nuevos edificios y que legalmente seguirían correspondiendo al Ministerio como propietario de los mismos.

Tras la reunión con los vecinos (que en principio tenían la intención de prolongar durante más tiempo, pero que, ante las facilidades dadas por el ministro, concluyó en poco más de media hora), Luis Ortiz realizó un corto recorrido por el barrio para ver los nuevos edificios ya construidos y entregados a sus propietarios, y aprovechó, una vez más, para darse a conocer a las señoras que pasaban a su lado o para visitar una de las viviendas provisionales a las que han sido trasladados los vecinos que esperan les sean adjudicadas sus viviendas definitivas.

En Vallecas, casi todo sobre ruedas

Tras tomarse unas cañas en olor de multitud, el ministro, acompañado por toda su comitiva, en la que se incluían los periodistas, se dirigió a las oficinas que Visomsa (la empresa Viviendas Sociales de Madrid, SA, que se está encargando de gestionar la costrucción) tiene en el barrio de Palomeras Sureste, en plena zona de remodelación de Vallecas.En ese barrio es Orevasa (Ordenación y Realojamiento de Vallecas, SA, una empresa mixta constituida entre los vecinos la Administración) la que se encarga de gestionar la remodelación. El presidente de Visomsa, Angel González Chillón, y el director técnico de Orevasa, Manuel Paredes, fueron los encargados de explicarle al ministro los pormenores de la operación, que en el momento en que haya sido concluida permitirá dotar de vivienda digna a 12.000 familias.

El ministro, seguramente previendo desagradables experiencias anteriores, aunque no personales, dado el poco tiempo (tres meses) que lleva al frente del Ministerio, preguntó por las previsiones que, ante la magnitud de probIemas que supone realojar a cerca de 60.000 personas, existen en el terreno de las infraestructuras. ¿Quién construye los centros sanitarios?, ¿quién se encarga de las guarderías?, ¿cuándo estarán terminadas las escuelas?, eran preguntas que el ministro quiso que le respondieran. Ante la falta de una contestación concreta propuso la posibilidad, aceptada inmediatamente por los representantes vecinales, de celebrar en la próxima semana una reunión, a la que asistirían representantes de todos los ministerios afectados, en la que se discutiría la forma de acabar, en la medida de lo posible, con los desajustes que en una operación de tal envergadura pueden producirse.