Altos directivos del Banesto se reunen con Calvo Sotelo sin Aguirre Gonzalo

El Banco Español de Crédito, primera institución bancaria del país por su volumen de depósitos, se ha comprometido ante el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, a poner su entidad al «servicio de la recuperación industrial» de España, en el curso de uña insólita entrevista que altos dirigentes del banco mantuvieron el jueves con él en el palacio de la Moncloa.

Fuentes informadas han revelado a EL PAIS que a la reunión, que fue solicitada por el banco, asistieron el vicepresidente de la entidad, Pablo Garnica; el director general, José María Sainz de Vicuña, y el vocal del Consejo de Administración Juan Herrera.La reunión, según informan las mismas fuentes, discurrió en un clima extremo de cordialidad, y en ella se analizó la situación económica del país desde un punto de vista optimista, «tal como se presenta la tónica del país en estos momentos».

En algunos medios bancarios se concede una especial importancia a esta reunión, a la que no asistió el presidente de la entidad, José María Aguirre Gonzalo. Precisamente, esta reunión pretendería alejar la impresión creada en la opinión pública por las recientes declaraciones a dos periódicos madrileños por parte de Aguirre Gonzalo, en las que se vertían unas opiniones muy controvertidas sobre la actual situación política y económica del país.

Estas declaraciones, ampliamente difundidas en ediciones dominicales de los dos diarios, habrían producido auténtico malestar en el resto de la banca española, que incluso habría considerado la posibilidad de realizar una acción conjunta de cara a la calle para separarse de esta interpretación tan extrema de la realidad del país.

Según fuentes solventes, la reunión con Calvo Sotelo de los altos directivos del Banesto perseguiría tal objetivo, al tiempo que desmentir cualquier interpretación corporativa errónea de estas declaraciones o de la posición del primer banco del país respecto al Gobierno Calvo Sotelo y de sus esfuerzos para encaminar por buena senda la economía del país.

A este respecto, los altos directivos del Banesto habrían expresado al presidente del Gobierno su satisfacción por la espectacular recuperación de la Bolsa de los últimos días y de los esfuerzos formales del Gabinete para dedicar una atención prioritaria a la economía, especialmente al sector industrial para el cual el Gobierno ha elaborado y publicado un plan concreto de reconversión o reindustrialización.

En concreto, tanto el vicepresidente del Banesto como sus dos acompañantes habrían expresado a Calvo Sotelo el compromiso de la entidad para «hacer todo lo que está en sus manos» para relanzar a las dos principales empresas industriales en las que el banco tiene intereses: Sniace, dedicada a la fabricación de pastas y papel, y Asturianas de Minas.

«La mención de estas dos empresas al presidente demuestra que nuestras intenciones son honestas», declaró a EL PAIS una fuente cercana al banco. «El interés del grupo», añadió, «se extiende a toda la economía del país, precisamente en unos momentos en los que se ven signos de recuperación de la misma».

En medios del sector se ha indicado a este periódico el aspecto positivo de esta visita, aunque no se ha ocultado el grado de ambigüedad de todo el encuentro. En otras fuentes se ha podido contrastar el cambio de actitud que se estaría produciendo en las altas esferas del Banesto de cara a una eventual sustitución del que durante años ha sido el hombre fuerte y cabeza visible del primer banco y, hasta cierto punto, de la comunidad bancaria de este país.

En otras palabras, señaló una fuente, «la sustitución interna de Aguirre Gonzalo parece haber entrado en una fase decisiva, y un encuentro de este tipo y con tanta ambigüedad no se entiende si ya no se han tomado decisiones al respecto». «El problema», añadió, «está ahora en determinar quién es el hombre que se perfila como el sustituto, aunque por las personas asistentes a la reunión la cosa parece clara».

La aparente batalla por la sustitución en la cúpula del Banesto guarda también una estrecha relación, según algunos medios, con el problema de la representatividad de la banca ante las diferentes instituciones del país. A este nivel existiría también una sintomática división de opiniones de si los cauces actuales son los más idóneos.