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Policía municipal muerto por los disparos de dos individuos que atracaron una oficina de recaudación de impuestos

El policía municipal Carlos Hernández Díaz, de 47 años de edad, resultó muerto hacia las 19.20 horas de ayer, cuando dos individuos le dispararon en el curso de un atraco perpetrado en la oficina de recaudación de impuestos municipales situada en el número 56 de la calle de Fernando el Católico. Los dos asaltantes lograron huir con cerca de 300.000 pesetas, tras apoderarse de la pistola reglamentaria del agente. También fue herida en una pierna, de carácter leve y a consecuencia del rebote de una bala, la joven Ana María Díaz, de veinte años, que fue ingresada en el Hospital Clínico.

El agente recibió tres impactos de bala del calibre 9 corto, que le alcanzaron uno en el pecho y dos en la cabeza, por lo que murió en el acto. Además, los asaltantes hicieron varios disparos más, uno de los cuales hirió levemente en una pierna a la joven Ana María, que se encontraba en la hablitación contigua donde cayó el policía municipal.En las paredes de la sala donde se encontraba el agente podían observarse además ocho impactos de bala y dos más en otra, uno de los cuales había atravesado el cristal de una ventana y se había ido a incrustar en un balcón del edificio de enfrente.

Los asaltantes salieron andando de la oficina de recaudación hasta llegar, casi en la esquina con Andrés Mellado, a un vehículo Seat 13 blanco, que habían robado a punta de pistola a su conductor, quien se encontraba en el maletero del mismo. Desde allí había logrado accionar el sistema antirrobo. Viendo que el vehículo no arrancaba, los delincuentes salieron corriendo hacia la calle de Andrés de la Cuerda, donde lograron detener a un taxi hasta que, minutos después, tomaron un Chrysler blanco, matricula de Madrid con las letras finales DJ, en el que huyeron definitivamente.

Estuvieron en la oficina

Los dos atracadores, vestidos con unas batas azules, según manifestaron a este periódico testigos presenciales de la huida, habían estado merodeando por la finca durante toda la tarde hasta que entraron a la oficina, que se encuentra en el primer piso del edificio. Al parecer uno de ellos había subido, con anterioridad al atraco, a observar cómo se desarrollaba la recaudación. El atraco se produjo poco antes de la hora en que diariamente acude un furgón blindado para retirar los fondos municipales y justamente cuando estaba a punto de finalizar el plazo fijado para pagar los mismos.

El suceso se desarrollo cuando los dos atracadores pidieron el dinero de la recaudación a Vicente de Blas, uno de los empleados que ayer estaba sustituyendo a su hijo, instante en el que el policía municipal observó lo que ocurría. Al entrar los atracadores a la habitación por donde les iban a proporcionar el dinero, se encontraron al agente, a quien dispararon a bocajarro, causándole la muerte instantánea. En esa misma sala podían observarse ocho impactos de bala incrustados en la pared y un amplio reguero de sangre.

"No nos disparen"

Dos empleados que se encontraban en el interior de la oficina comenzaron a gritar «No nos disparen, no nos disparen», mientras otras dos personas estaban escondidas en una habitación contigua. Los asaltantes, morenos y altos, salieron con una bolsa amarilla en la mano, donde debían llevar el dinero, y utilizaban guantes negros, según comentaron a este periódico varios testigos.

A los tres minutos de producirse los disparos llegaron varios coches de la Policía Nacional. Dos de ellos fueron utilizados para llevar al policía, ya cadáver, y a la joven al Hospital Clínico. Sobre las ocho de la tarde, la policía ya había detectado la huida de los asaltantes en el Chrysler blanco y más de setecientos taxistas habían sido avisados por el radioteléfono para que informaran sobre la situación de este vehículo si lo avistaban por alguna parte.

Rafael Chico Pérez, jefe de la oficina de recaudación y periodista de Abc, fue informado rápidamente del suceso. Los vecinos ya le habían expresado alguna vez que la oficina debería cambiarse de ubicación y estaban consternados y furiosos por este homicidio.

La circulación de vehículos fue cortada durante algunos minutos por la calle de Fernando el Católico, lo que originó algunos colapsos. Muchos de los taxistas habían sido avisados para que no transitaran por la zona.

El agente municipal muerto estaba casado y tenía dos hijos, cuyas edades se encuentran entre los dieciséis y los dieciocho años. Llevaba bastantes años trabajando en los servicios de la Policía Municipal, aunque a última hora de ayer no había podido confirmarse el tiempo exacto.

A primera hora de la madrugada de hoy, la policía había encontrado ya el Chrysler blanco en el que huyeron los atracadores, pero todavía no se tenía ninguna noticia sobre la detención de éstos.

Policías municipales muertos en acto de servicio

En los últimos tres años, otros dos policías municipales murieron en acto de servicio, y otros dos fueron heridos de consideración. El 21 de diciembre de 1978, el policía municipal Benjamín Díaz González fue asesinado cuando dirigía el tráfico en la Cruz de los Caídos. El asesinato fue reivindicado por la Triple A.

El día 23 del mismo mes, dos policías municipales resultaron heridos a consecuencia de la explosión de un cóctel molotov, que les arrojaron cinco jóvenes al interior del jeep en que prestaban servicio, y que estaba estacionado a la entrada del Ayuntamiento.

El día 12 de enero de 1979. Bienvenido Romero, policía municipal, fue asesinado cuando salía de su domicilio, en el barrio del paseo de Extremadura. Este último atentado no fue reivindicado por ningún grupo político.

José Barrionuevo: "Estamos profundamente consternados por el homicidio"

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