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El desempleo no se reducirá sustancialmente en 1982, según Garcia Añoveros

«No se espera poder reducir el desempleo de una manera sustancial durante 1982», declaró ayer el ministro de Hacienda, Jaime García-Añoveros, en el transcurso de unas jornadas de estudios sobre la situación económica española, organizadas por el Instituto de Empresa, la Banca Morgan y el Herald Tribune.

En su intervención García-Añoveros destacó el apoyo de la política gubernamental a la iniciativa privada como eje del crecimiento y a los mecanismos de mercado como método de coordinación de las decisiones económicas.Según el ministro, este apoyo gubernamental se basa en cuatro principios:

- Atención a la lucha contra la inflación y a la moderación de los aumentos salariales.

- Cumplimiento del plan energético para rebajar el contenido de energía del PIB (producto interior bruto) y la creación del Instituto Nacional de Hidrocarburos.

- Establecimiento del marco de la reconversión industrial y de planes de acciones sectores básicos.

- Política presupuestaria beligerante con gran énfasis de la inversión pública en sectores de arrastre de la inversión privada como son obras públicas, vivienda, agricultura, transporte y energía.

«La primera palabra que se me ocurre al hablar sobre la economía española es la de dificultad. La situación económica en España es difícil». Con estas palabras comenzó su conferencia en el coloquio organizado por el Instituto de Empresa, el subgobernador del Banco de España, Mariano Rubio.

La situación económica española está enmarcada, según Mariano Rubio, por un nivel de crecimiento de actividad bajo, un éxito relativo de la política antiinflacionista y una balanza de pagos con un déficit que empeora.

En cuanto al crecimiento, éste se estima en medio punto para 1979, 1,2 para 1980 y una previsión del 1,5 para este año, a pesar de que se está produciendo un estancamiento del sector agrícola. Por otra parte, el paro va creciendo y en la actualidad se sitúa alrededor de 1.500.000 personas, equivalentes al 11,6% de la población activa. En cuanto al crecimiento de los precios, nuestro ritmo, aunque ha mejorado, es sensiblemente mayor que el de los países industrializados.

Para el subgobernador del Banco de España, la crisis del petróleo es la principal culpable de nuestra situación económica.

En opinión de Mariano Rubio, la crisis del petróleo ha supuesto una pérdida real de riqueza en España del 6%, que ha de repercutir sobre todas las capas sociales. Abogó para que los precios de la energía se acomoden a los costes reales.

Criticó más adelante el deterioro del sector público, especialmente el que sus necesidades de financiación se hayan multiplicado por diez en los últimos siete años. También se mostró contrario a que el Estado acuda al mercado de valores en los niveles actuales, que durante el pasado año contabilizaron 428.000 millones de pesetas.

Finalizó su intervención argumentando un motivo de preocupación por la evolución presupuestaria y sus graves problemas, pero con dos notas de optimismo caracterizadas por el cambio de la política energética del Gobierno y el acuerdo sobre empleo recientemente firmado.

En su turno, el economista Emilio Fontela aseguró que los años ochenta serán duros y difíciles para los países industrializados que no sean capaces de responder positivamente al reto exterior energético y al reto interior del desempleo y la conflictividad.

En opinión de Fontela, España necesita para mejorar sus relaciones económicas internacionales incidir en los siguientes aspectos:

- Aumentarlas exportaciones de bienes y servicios hacia los países industrializados de la OCDE.

- Encontrar nuevos mercados, especialmente en América Latina y la cuenca mediterránea.

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