Calvo Sotelo afirma en Barcelona que su Gobierno esta cumpliendo los objetivos económicos que se había marcado
La evolución económica de nuestro país, que fue contemplada con moderado optimismo, y la evolución del proceso autonómico fueron los dos temas centrales del discurso que el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, pronunció ayer en el acto de inauguración de la Feria de Barcelona, informa la agencia Efe. Previamente, Narcis Serra, alcalde de la ciudad, resumió la historia de la feria y su proyección sobre la vida de los barceloneses, y José María Figueras, presidente del Consejo Superior de Cámaras, expuso sus puntos de vista sobre la economía nacional.
A continuación y en un clima de máximo interés, Calvo Sotelo empezó recordando que «durante muchos años he, venido a la Feria de Muestras de Barcelona como un expositor más. Tenía entonces responsabilidades en la industria privada y desde ella pude medir la importancia y el prestigio crecientes de este certamen. Hoy vengo a la feria como presidente del Gobierno y lo primero que quiero decir es que me encuentro muy a gusto entre ustedes, hombres del comercio y de la industria, como yo lo he sido a lo largo de un cuarto de siglo. Pienso que para mí ha sido muy útil cuanto he aprendido en la empresa privada, y pienso también que ustedes puedan sentirse más confiados -pese a la desconfianza profunda que desde la empresa se siente por la clase política- sabiendo que al frente del Gobierno hay un hombre formado en la experiencia y en la dificultad que ustedes viven».El presidente del Gobierno hizo un balance de la gestión del Gobierno en materia económica y autonómica durante los primeros cien días de su mandato, señalando que en los cinco objetivos principales de actuación (energético, creación de empleo, inflación, reconversión industrial y liberalización) se han tomado ya decisiones, aunque, naturalmente, no han madurado todavía, informa Europa Press.
Tras referirse al acuerdo sobre la política de empleo, Calvo Sotelo explicó la situación y el alcance de la reconversión industrial que él propuso en el programa de Gobierno, con un tratamiento más enérgico, que, sustentado en el principio de actuación sectorial, abra nuevas posibilidades dentro de la escasez de recursos de la economía española.
El presidente del Gobierno se detuvo en la explicación de los objetivos del plan de reestructuración del sector textil que se pondrá en marcha al amparo del decreto-ley de reconversión industrial y que habrán de negociar trabajadores, empresarios y Administración. Con este plan se pretende modernizar la estructura industrial de las empresas, ajustar sus plantillas, mejorar sus esquemas financieros, fomentar la tecnología, la capacidad de creación y el prestigio de las marcas, perfeccionar las técnicas de gestión y de ventas, acomodar la oferta a la demanda potencial, interior y exterior.
Los medios de que se dispondrá para el cumplimiento del programa serán las subvenciones y los incentivos tributarios, el fraccionamiento de las deudas del Estado, la creación de las sociedades de garantías recíprocas con segundo aval del Estado, las medidas de regulación temporal de empleo y de reconversión profesional y, excepcionalmente, el recurso al crédito oficial o a los avales del Estado.
El presidente del Gobierno, tras señalar que el plan de reconversión del sector textil movilizaría, a lo largo de lo s cinco años de ejecución, unos recursos de 150.000 millones, que permitirían, en 1985, que la productividad media del sector haya aumentado un 60% y que el 95% de la maquinaria empleada tenga menos de diez años, recordó los objetivos en materia de inflación y de presupuesto que se propone.
Autonomías
«La autonomía ha sido siempre el gran problema no resuelto de nuestra convivencia. La autonomía e s un grado de profundización y autenticidad en la democracia formal», dijo Calvo-Sotelo al iniciar la segunda parte de su discurso, referido a las autonomías. «La autonomía», continuó, «es el punto de inflexión en el que se pasa del reconocimiento de los derechos y de las libertades colectivas, de una democracia asentada únicamente en el ciudadano, en la persona, a una democracia que reconoce y legitima a los pueblos y a las regiones».«Creo sinceramente en lo que se ha dado en llamar el estado de las autonomías», dijo Calvo-Sotelo.
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