La Junta Militar turca reconoce su incapacidad para acabar con la violencia
El primer ministro turco, Bulend Ulusu, reconoció ayer en Ankara que el terrorismo sigue siendo uno de los principales problemas con que se enfrenta su Gobierno, a los ocho meses y medio del golpe militar del pasado 12 de septiembre.«Los anarquistas y los terroristas aún no neutralizados continúan perpetrando asesinatos en Turquía y en el extranjero», afirmó Ulusu, aunque aseguró que se habían logrado importantes avances en los dos objetivos que se propuso su Gobierno: restablecer la paz y la seguridad, y reactivar la economía.
Las medidas adoptadas por las autoridades turcas, añadió el primer ministro, han obligado a los anarquistas a «darse cuenta de que ya no pueden permanecer impunemente en Turquía ( ... ) y a huir del país. Sus actos son seguidos de cerca y sus antecedentes trasladados a las autoridades de los países en los que se han refugiado». Estos fugitivos, según el presidente del Gobierno turco, «son elementos de la anarquía y del terror; han cometido asesinatos y en ningún caso pueden ser considerados como personas culpables de crímenes políticos». «Constituyen un peligro para el país en el que se han refugiado», añadió.
Al hacer balance de la lucha antiterrorista, Ulusu precisó que «se han recuperado más de 633.000 armas de todo tipo».
«Mientras que las acciones terroristas durante los dieciocho meses que precedieron al 12 de septiembre (fecha del golpe militar) causaron 3.374 muertos Y 8.400 heridos, 412 personas han sido asesinadas y otras 619 han resultado heridas a lo largo de los echo meses y medio de gobierno militar», agregó el primer ministro de Turquía.
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