Bangladesh elegirá un nuevo presidente dentro de seis meses
El presidente en funciones de Bangladesh, Abdus Sattar, anunció ayer en Daeca la elección por sufragio universal, dentro de seis meses, de un nuevo presidente para este país indostánico, tras el asesinato el pasado sábado del presidente Ziaur Rahman a manos de un grupo de militares sediciosos, cuyo golpe ha fracasado con la detención de la mayor parte de los golpistas. Tras el fallido intento de golpe de Estado, los observadores coinciden en que las instituciones democráticas de Bangladesh se han fortalecido.Las tropas gubernamentales de Bangladesh detuvieron a primeras horas de la mañana de ayer al general Ahmed Manzoor, autor del asesinato del presidente Ziaur Rahman, de dos ayudantes y seis guardaespaldas, perpetrado el pasado sábado en la localidad portuaria de Chittagong, al sureste del país. El Gobierno controla la ciudad y se disipan progresivamente los temores sobre una posible guerra civil en la zona, según informa desde Nueva Delhi Carlos Agrasar.
Enfrentamientos
Hacia las cuatro de la mañana, hora local (7.30, hora de Madrid), se registraron enfrentamientos armados entre las tropas leales y las rebeldes, como consecuencia de los cuales resultaron muertos más de cincuenta soldados de esta última facción. A las seis expiraba el plazo concedido por el Gobierno para que los insurrectos se rindieran o, en caso contrario, se procedería al asalto de la ciudad. Las escaramuzas registradas durante la madrugada decidieron al general Manzoor a huir hacia la frontera india, al mando de las fuerzas que custodian habitualmente el muelle de Chittagong. Fue detenido por fuerzas locales del Ejército en el interior de la jungla, en Fati Cohnair, cuando apenas le quedaban cincuenta kilómetros para adentrarse en el país vecino.El Gobierno de Dacca había puesto un precio a la cabeza de Manzoor, vivo o muerto, de 30.000 dólares (unos 2.500.000 pesetas).
En distintos boletines informativos emitidos ayer, Radio Dacca -emisora controlada por el Gobierno- comunicó a los habitantes que la ciudad de Chittagong y el puerto estaban controlados y que en ellos se vivía una completa calma.
Las comunicaciones telefónicas y por telex fueron restablecidas pocas horas después de anunciarse que Chittagong estaba en manos del Gobierno.
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