El nacionalismo escocés lanza una campaña de resistencia contra Londres
El Partido Nacionalista escocés reunido estos tres últimos días en su congreso anual en Aberdeen, ha decidido lanzar una campaña de resistencia activa y pasiva contra la política gubernamental británica, dentro de su plan de lucha general por una Escocia in dependiente, y para intentar recuperar el apoyo popular que ha perdido.Para prepararse ante el riesgo de que sus seguidores sean arrestados cuando se lleve a cabo esta campaña, el partido dispondrá de un fondo para pagar las multas y ayudar a las familias de los posibles encarcelados. La campaña de resistencia ha sido lanzada por James Sillers, antiguo diputado laborista, que se podría convertir en el próximo líder de los nacionalistas escoceses. La ejecutiva del partido se opuso a tal decisión, pero se vio desbordada por los votos de los quinientos delegados presentes en el congreso, confirmando así la radicalización del partido hacia su izquierda.
Sillers no ha querido, sin embargo, explicar en qué consistirá la campaña, aunque se espera la ocupación de diversos edificios, entre ellos el que en Edimburgo debía haberse convertido en la sede de la Asamblea escocesa, si no hubiera fracasado el referéndum que sobre la autonomía de esta región planteó el último Gobierno laborista.
En los últimos tiempos, los laboristas escoceses han venido perdiendo el apoyo popular. Una encuesta de opinión publicada el jueves muestra que ahora cuentan con tan sólo un 17% del electorado, una cifra ligeramente menor que la de las elecciones generales de 1979, en las que consiguieron dos escaños en el Parlamento británico. Los nacionalistas escoceses parecen estar perdiendo terreno ante una posible alianza de los socialdemócratas y de los liberales, que recogerían, según la encuesta, un 31% de los votos, menos que los laboristas (34%), pero más que los conservadores (18%).
