Tres explosiones contra una estación eléctrica dejaron sin luz a gran parte de Pamplona

Tres artefactos de Goma 2, que explosionaron a las 0.45 horas de la madrugada, dejaron ayer sin fluido eléctrico a una parte importante de Pamplona y poblaciones próximas, como consecuencia de los cuantiosos daños causados en la subestación de Orcoyen, 1 propiedad de Fuerzas Eléctricas de Navarra (FENSA), filial de Iberduero. Los daños causados por las explosiones han sido valorados en veinticinco millones de pesetas.

A las 0.45 horas de la madrugada de ayer pudieron escucharse con nitidez en Pamplona -que dista de Orcoyen unos diez kilómetros- tres explosiones, que se produjeron de forma simultánea a una falta de imagen y sonido en los aparatos de televisión, así como en la audición de Radio Nacional de España. De las cinco cargas de un kilo y medio de Goma 2, cada una colocadas en la subestación de FENSA en Orcoyen, explosionaron tres, dos en uno de los transformadores de potencia (de 220.000 vatios) y una en la sala de control.A partir de esa hora, una gran parte del tercer ensanche de Pamplona se quedó sin fluido eléctrico, así como los barrios de San Jorge, Chantrea, Rochapea, el polígono industrial de Landaben -el más importante de toda la provincia- y las poblaciones de Burlada y Villaba. Según fuentes no oficiales, la explosión dejó ayer sin luz, durante diez horas, a cerca de 100.000 personas.

Después de que FENSA localizara la avería en Orcoyen, la empresa propietaria de la subestación avisó a la Guardia Civil que se presentó en el lugar con un equipo de desactivación de explosivos (EDEX). Debido a la falta de luz y a las adversas condiciones meteorológicas -llovía con persistencia-, la Guardia Civil optó por esperar a que amaneciera para llevar a cabo una inspección ocular.

Sobre las 6.45 de la mañana de ayer, cuando la Guardia Civil revisaba la subestación de Orcoyen, efectivos del equipo EDEX observaron dos cargas -en total tres kilos de Goma 2- situada junto al segundo transformador, que no habían hecho explosión. Las dos caras fueron desactivadas minutos antes de que explosionaran, ya que, al parecer, esta ban preparadas con mecanismos de relojería para hacerlo sobre las siete de la mañana.

Los daños causados por las explosiones ascienden, en una primera valoración de FENSA, a cerca de veinticinco millones de pesetas. Sobre las 10.30 de la manana de ayer, FENSA pudo reanudar el servicio a sus abonados, en condiciones precarias, después de diez horas de interrupción, poniendo en funcionamiento otras subestaciones próximas a la capital navarra.