Se puede ser católico y masón, según el historiador Ferrer Benimelli

«Se puede ser perfectamente católico y masón al mismo tiempo», declaraba este fin de semana el jesuita José Antonio Ferrer Benimeli, historiador especializado en temas de masonería, y que acaba de disertar en Barcelona sobre tema de las relaciones de la Iglesia con la masonería.Las relaciones entre ambas instituciones no han sido ni buenas ni fáciles, a pesar de que, desde 1974, el Vaticano reconoce la existencia de masonerías que no maquinan contra la Iglesia, y que no hay impedimento para que los católicos pertenezcan a ella», comentaba Ferrer Benimeli. Un signo de las buenas relaciones entre la masonería y la Iglesia católica en ese telegrama enviado por el gran maestre de la Gran Logia de Italia Juan Pablo II felicitándole por su elección al solio pontificio, y que fue correspondido por el Vaticano en un mensaje donde deseaba a los masones paz y prosperidad.

El conocido masonólogo, que acaba de regresar de Río de Janeiro, donde se ha celebrado el I Congreso Mundial de Historia Masónica, explicaba también que «en Brasil, el 90% de los masones son católicos. También es frecuente ver en las logias de aquel país a pastores protestantes y anglicanos Precisamente, en una de las charlas que di allí», añadía, «presentó el acto un obispo anglicano de Porto Alegre con mandil puesto y todo».

Las tensiones entre católicos y masones a lo largo de los siglos se agravaron particularmente en España, donde los masones alcanzaron gran desarrollo en medios republicanos y socialistas. Dos hermanos del anterior jefe de Estado, Nicolás y Ramón Franco, fueron masones, y se discute si el mismo general solicitó su entrada, como defiende Ferrer Benimeli.

En torno a la denominada logia P-2,que tamaño escándalo ha levantado en Italia por supuestas implicaciones con la Mafia, piensa el historiador español que «en todos estos artículos hay cosas muy sospechosas, pues incluso la terminología usada no corresponde a la de los ambientes masónicos». Se podría tratar de una organización secreta sin lazos orgánicos con la masonería, y que el escándalo levantado se haya aprovechado para atacar a las instituciones masónicas de una manera «a la que los italianos son muy aficionados».