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El asalto a la plaza de Cataluña

Importantes lagunas en la identificación gubernamental de los secuestradores

Los asaltantes a la oficina principal del Banco Central en Barcelona eran miembros de un comando de mercenarios que habían cobrado hasta seis millones de pesetas para realizar la citada acción, según informaron a este periódico altas fuentes de la Generalidad de Cataluña. Aunque la falta de información policial durante las horas que ha durado la ocupación y las contradictorias y confusas informaciones que se han sucedido en las últimas horas sobre el caso no contribuyen a aclarar la situación, son muchas las hipótesis, aparte de las versiones oficiales.

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Efe informó anoche que el comando se denominaba Grupo 80 y que sus integrantes estuvieron días atrás en Perpiñán, donde habrían cobrado la cantidad de dinero antes citada. Fuentes militares, de las que se hacía eco Europa Press, indicaron que con esta operación se trataba de desprestigiar a la Guardia Civil, coincidiendo con los actos de la Semana de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, en medios políticos democráticos, la opinión era contraria, ya que se estima que con este golpe se trata de dar un nuevo efecto psicológico favorable al golpe.Las primeras versiones oficiales sobre la identidad de los autores del asalto a la oficina principal del Banco Central en Barcelona han sido recibidas con escepticismo y cierta incredulidad por parte de importantes sectores de la opinión pública española. Medios oficiales anunciaron poco antes de las once de la noche que los integrantes del comando eran anarquistas, delincuentes comunes y personas con antecedentes penales y añadieron que entre éstos no había miembros de la Guardia Civil.

Importantes sectores de opinión basaban su desconfianza sobre las versiones oficiales en el hecho de que durante casi 37 horas la policía no haya aportado siquiera el mínimo detalle acerca de la identidad de los asaltantes. Aspecto este al que se unen las versiones oficiosas, siempre procedentes de sectores de la Administración, que vienen indicando desde ayer que entre los miembros del comando figuraban efectivos de la Guardia Civil.

Esto último fue apuntado no sólo de forma oficiosa por sectores de la Administración de la propia policía sino por representantes de organizaciones políticas de, rehenes de los secuestradores, caso del concejal del Ayuntamiento de Barcelona Justiniano Fernández (PSUC) o de una de las personas que fueron puestas en libertad y que fueron atendidas por el doctor Borrás en el Hospital Clínico de la Ciudad Condal (véase EL PAIS de ayer).

El silencio de la Administración, el corte ultra de las exigencias de los secuestradores, las fuertes sospechas de que entre éstos existan miembros de la Guardia Civil y unas declaraciones del general de este cuerpo, en situación de retiro especial, Manuel Prieto han creado en las últimas horas mayor confusión de la que existía. Concretamente, Manuel Prieto, horas antes de que fueran puestos en libertad los últimos rehenes, declaraba a Radio Granada que «aunque no tengo más noticias que las que han facilitado las emisoras, sin embargo. sí conozco la existencia desde el mes de agosto del año 1971 de unos grupos creados en aquella época, por quien podía hacerlo, que pudiera ser lo que ha desembocado, a través del tiempo, en la situación actual»

"La centuria amarilla"

Preguntado sobre la génesis de esos grupos, el general Prieto dijo que «se llamaban concretamente la centuria amarilla, creados por las autoridades el año 1971, y tengo elementos de juicio para poder estar seguro de lo que he dicho, y que, a través del tiempo, pues puede que se hayan transformado en algunos de los que han hecho la monstruosidad que han hecho. No sé si estarán acompañados por alguien de la Guardia Civil: no sé si serán únicamente guardias civiles, no sé nada. pero lo que es indudable es que al crear vientos se suelen producir tempestades. Y sobre la conciencia de muchas personas caerían unos vientos que se sembraron en muy malas condiciones".

Fuentes policiales de toda solvencia indicaron a este periódico que el mando único antiterrorista no ha tomado parte alguna en la operación iniciada con objeto de liberar a los rehenes y detener a los secuestradores, ya que desde el primer momento se encargó de ello el director general de la Policía, José Luis Fernández Dopico, en el plano operativo, y el ministro del Interior, Juan José Rosón, en el plano político.

Las mismas fuentes agregaron que Manuel Ballesteros, director del mando único, fue relegado en esta operación que, según todos los observadores, tiene un marcado matiz terrorista, ya que una de las exigencias, concretamente la principal, era conseguir bajo la fuerza la salida del país de cuatro militares golpistas, entre ellos, Tejero.

Confusas versiones

El silencio sobre la identidad de los autores y las confusas versiones que durante la ocupación del Banco Central han circulado entre la opinión pública dejan entrever, a juicio de ciertos observadores, una falta de conocimiento y una mediocridad profesional en la labor de la policía. en esta ocasión representada in situ por su director general. José Luis Fernández Dopico. quien en 37 horas no ha sido capaz de apuntar el mínimo detalle sobre la identidad real de los asaltantes.

Entre funcionarios del Cuerpo Superior de Policía había también cierto malestar por algunos aspectos concretos que se han desarrollado en torno a la operación, y en concreto se cita la presencia en el lugar de los hechos de altos mandos de la Guardia Civil, cuerpo que no tiene competencias en el interior de las grandes ciudades. En este sentido fuentes policiales manifestaron su extrañeza. caso de que fuera cierta la no participación de guardias civiles entre los asaltantes, de la presencia de la plana mayor de la IV Zona de la Guardia en Barcelona con su jefe, el general Pajuelo. al frente. en la plaza de Cataluña. También causó sorpresa la presencia en Barcelona del director general de la Guardia Civil, general Aramburu y de efectivos móviles del cuerpo caso de las tanquetas que se situaron frente a la oficina principal del citado banco.

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