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El enigma Martínez Loza

Las actuales investigaciones sobre el asesinato de Yolanda González tienden a la búsqueda de nuevos datos que sirvan para elaborar un criterio judicial lo más acertado posible sobre la supuesta participación en los hechos de David Martínez Loza, jefe nacional de seguridad de Fuerza Nueva, según se desprende del auto dictado por la Audiencia Nacional en febrero pasado ordenando dichas investigaciones.«Una vez realizadas dichas pruebas se recibirá declaración al procesado Emilio Hellín y, a la vista de dichos informes y de las declaraciones de éste, se acordará lo procedente respecto del procesamiento de don David Martínez Loza», se dice en dicha resolución judicial.

El procesamiento de Martínez Loza se ha convertido en el caballo de batalla del sumario sobre la muerte de Yolanda González entre el juez instructor y los abogados de la actuación particular. La Audiencia Nacional ha abierto una posibilidad para que se dilucide esta cuestión en un sentido o en otro, ya que, como se dice en la citada resolución judicial, no es fácil determinar el punto en que los datos que se van reuniendo en la investigación sumarial y apuntan a un sospechoso cobran la consistencia de indicios racionales de criminalidad, por lo que, antes de sopesar los datos que apuntan hacia David Martínez Loza, hay que apurar cualquier vía de investigación de la que pueda esperarse el reforzamiento o la debilitación, en su caso, del contenido de las declaraciones de Emilio Hellín respecto de David Martínez Loza.

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Pocos días después del asesinato de Yolanda González, perpetrado en la madrugada del 1 de febrero de 1980 en una carretera próxima a la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, los presuntos autores del mismo fueron detenidos por funcionarios de la Brigada Regional de Información, al mando entonces del comisario Francisco de Asís Pastor. En los primeros días del mes de marzo, el juez instructor dictó auto de procesamiento contra Emilio Hellín e Ignacio Abad, presuntos autores materiales del asesinato; contra Félix Pérez Ajero y Ricardo Prieto, que se encontraban en aquellas fechas huidos y en paradero desconocido y que se presentaron al juez el 18 de julio siguiente, y contra Juan Carlos Roda Crespo, policía nacional que colaboró con los anteriores en la tarea de vigilancia exterior del domicilio de Yolanda González, pero que, arrepentido posteriormente, informó a sus superiores de lo sucedido. El guardia civil Juan José Hellín, hermano de Emilio, también colaboró en esta tarea, pero no ha sido implicado en este sumario.

David Martínez Loza, al que Emilio Hellín responsabilizó desde el primer momento como jefe del grupo, se presentó ante el juez el día 26 de febrero, siendo puesto en libertad sin cargo alguno. Ante la insistencia de la acusación particular para que se diera un motivo de esta decisión, el juez alegó que no procedía el procesamiento de Martínez Loza, porque no merecían más crédito las declaraciones de Emilio Hellín, implicando a Martínez Loza en la preparación del asesinato de Yolanda González, que las de este último negando tales imputaciones.

La persistencia de Emilio Hellín en imputar a Martínez Loza la dirección de las acciones que ejecutaba el grupo ultra derechista al que pertenecía, y en concreto la acción que culminó con el asesinato de Yolanda González, ha dado ocasión a los abogados de la acusación particular a plantear con éxito ante la Audiencia Nacional la necesidad de verificar hasta lo posible, con la práctica de diversas diligencias judiciales, la declaración del primero. La decisión favorable de la Audiencia Nacional ha significado de entrada la reapertura del sumario, prematura mente concluido por el juez instructor, y la anulación de la calificación del ministerio fiscal, que tipificó los hechos de homicidio.

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