Abiertas diligencias por presuntos malos tratos a los reclusos de Valencia
Cinco reclusos del centro penitenciario de Valencia, para presos preventivos, han presentado una denuncia, que amplía otra anterior firmada por ellos y cincuenta presos más, sobre lesiones recibidas por malos tratos de algunos funcionarios. La denuncia está dirigida al Juzgado número 4, que ha resuelto abrir las diligencias para investigar la situación inhumana y degradante recogida por la primera denuncia de los cincuenta reclusos.
El recluso Alfredo Flores, incomunicado desde hace siete meses, señala que se encuentra actualmente lesionado por heridas inferidas por funcionarios de la prisión. «Uno de ellos, llamado don Fernando, y el otro Apellániz, o Capellániz», según la denuncia, «en presencia de un jefe de servicio llamado don José Ignacio». Otro recluso, Vicente Martínez, ha estado durante varios días descalzo y presenta señales en los brazos de malos tratos.Vicente García denuncia, por su parte, la desaparición de objetos personales y haber recibido tiempo atrás malos tratos con «porras eléctricas» por parte del citado funcionario y otro cuyo nombre desconoce, que «le reventaron una oreja, así como produjeron hematomas en nariz y ojos».
Venancio Pajarón afirma en la denuncia presentada que hasta hace pocos días «han tenido que dormir cuatro en una colchoneta», así como que no le dejan comunicar con la familia. Fuentes próximas al recluso manifestaron que esta situación se había modificado los últimos días, ya que a raíz de las informaciones aparecidas sobre la situación dentro de la cárcel de Valencia, con motivo del amago de motín ocurrido el pasado domingo día 3, han llegado a la prisión camiones con camas para abastecer a la población reclusa y botes de pintura para remozar las paredes.
El funcionario al que se refiere la denuncia, Fernando de Apellániz, ha dirigido al director de Diario de Valencia una carta para matizar que su actuación a favor de un recluso, reseñado en un reportaje del diario, se produjo «en cumplimiento del vigente reglamento. No por ello soy mejor ni peor que otros funcionarios, simplemente he cumplido».
La denuncia ampliatoria de la primera, reseñada por EL PAIS días atrás, dedica su primera parte a describir condiciones de falta de higiene en la cocina, donde se deja el utillaje en un patio destinado a depositar basuras, Y la ínfima calidad de la comida. «A las naturales tensiones y desarreglos que supone el régimen carcelario de por sí», exponen los denunciantes, «se añade una interminable serie de medidas innecesarias y arbitrarias que van creándonos una tensión que tememos pueda degenerar en hechos de gravedad».
En unas recientes declaraciones del director de la prisión, Juan Sálcedo, a este diario se señalaba que la actual población reclusa dobla la capacidad del recinto penitenciario, lo que ha creado problemas de hacinamiento. El director negó que se tomaran represalias contra los presos y aseguró que no faltaban colchones, mientras, al contrario, las camas son insuficientes.
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