La construcción de dos pantanos provoca perdidas por una cuantía de 300 millones de pesetas

La falta de acuerdo entre la Administración y la iniciativa privada -Unión Eléctrica- obligará a construir dos pantanos distantes menos de doscientos metros en la localidad de Casares de Arbas, al norte de la provincia de León, de forma que cuando el segundo entre en servicio, el primero carecerá de toda utilidad. Se calcula en unos trescientos millones de pesetas la inversión que se pierde en ambos proyectos.El PSOE ha anunciado que presentará una interpelación parlamentaria sobre el tema a través del senador Eladio Castro Uría para pedir cuentas a la Administración, que ya en 1968 había proyectado un embalse con capacidad para 48 millones de metros cúbicos de agua, cuya realización se retrasará, al menos, otros dos trienios «por falta de dinero». Este embalse, con un presupuesto que, a los precios actuales, se aproxima a los mil millones de pesetas, iba a incluir una central hidroeléctrica, la puesta en marcha de 4.500 hectáreas de regadío en la cuenca del río Bernesga, la mejora de la red de captación de agua potable para varios pueblos de la provincia -entre ellos La Robla, con casi 8.000 habitantes- y la «regulación» del mismo río, que a su paso por León ha tenido que ser encauzado para evitar inundaciones.

Se da la circunstancia de que Unión Eléctrica, actual propietaria de una central térmica en La Robla, necesita regular el caudal del río de cara a la puesta en servicio de un nuevo grupo térmico de 350 megavatios, en el que se invertirán antes de 1984 unos 16.000 millones de pesetas. La empresa ofreció meses atrás a la Confederación Hidrográfica del Duero la posibilidad de financiar conjuntamente la obra, a lo que este último organismo se negó, por razones que no han si hechas públicas. Como consecuencia de este desacuerdo, Unión Eléctrica construirá su propio miniembalse, de veintiocho millones de metros cúbicos de capacidad, a pocos metros del lugar donde la Confederación proyecta su muro de presa.

Según el PSOE, las negociaciones entre ambas partes estaban dirigidas a conseguir que la iniciativa privada construyera su embalse en el mismo lugar que la Confederación, de forma que ésta sólo tuviera que «ampliarlo» aportando una cantidad inferior a los cuarenta millones de pesetas. Las negociaciones fracasaron por la postura (de la Confederación, que alegaba dificultades financieras y otras derivadas de la expropiación de terrenos. Sin embargo, según el PSOE, se ha perdido una «oportunidad única» para poner en marcha el proyecto oficial, cuya ejecución se retrasa así indefinidamente. Esta apreciación de los hechos coincide con la de varios técnicos consultados por EL PAIS. Por su parte, fuentes próximas al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) han justificado la negativa de la Confederación a negociar el tema con Unión Eléctrica en la «mala imagen» que supondría para la Administración poner en marcha un proyecto de este tipo mientras otros, como el gran pantano de Riaño, en el que el Estado ha invertido ya más de 5.000 millones de pesetas, permanecen todavía sin terminar, después de haberse iniciado las obras en los planes de desarrollo de la década de los sesenta.