El general Marcelo Aramendi se suicidó ayer en su despacho de un tiro en la cabeza

El general de división Marcelo Aramendi García, director general de Enseñanza del Estado Mayor del Ejército de Tierra, murió ayer, de un disparo en la cabeza, cuando acababa de incorporarse a su despacho, poco después de las nueve de la mañana. Aunque el Ministerio de Defensa dio a conocer una nota oficial en la que se precisaba que la muerte del general se había producido de forma accidental tras habérsele disparado el arma reglamentaria, todos los indicios apuntan que se trata de un suicidio. El general Aramendi había participado en la redacción del proyecto de ley por el que se crea la reserva activa, aprobado el martes por el Congreso y objeto de cierta polémica en algunos sectores de las Fuerzas Armadas.

La nota oficial sobre la muerte del citado militar dice: «El general de división Marcelo Aramendi García, director general de Enseñanza Militar del Estado Mayor del Ejército de Tierra, ha sido trasladado al Hospital Militar Gómez Ulla en grave estado, tras habérsele disparado el arma reglamentaria en su despacho oficial en las primeras horas de la mañana de hoy (por ayer). Posteriormente, se ha sabido que el general Aramendi ingresó ya cadáver».El disparo que costó la vida al general Aramendi sonó poco después de las nueve de la mañana, cuando éste acababa de incorporarse a su despacho del Cuartel General del Ejército, en el que se encontraba solo. Tras escucharse la detonación, entraron al poco tiempo en el despacho sus ayudantes y otros militares que se encontraban por los alrededores, quienes hallaron al general con un disparo en la cabezá y sentado en su sillón.

EL PAIS supo que el general Aramendi, hombre de brillante historial militar, había participado en la redacción del proyecto de ley de creación de la reserva activa de las Fuerzas Armadas, que modifica el sistema de retiro de los militares y tiende al rejuvenecimiento de los mandos. Este proyecto, aprobado ayer por el Congreso, ha creado cierta polémica en algunos sectores de las Fuerzas Armadas, que estiman que con su puesta en práctica muchos militares ven rotas sus aspiraciones de ascenso, principalmente en lo que se refiere a los tres tipos de generalato. Aramendi, sin embargo, era uno de los generales de división que el Consejo Superior del Ejército había calificado para un próximo ascenso a teniente general.

Conocida su muerte, llegaron al Hospital Militar Gómez Ulla sus familiares más allegados, produciéndose escenas de gran dolor. También hicieron acto de presencia numerosos compañeros de armas, quienes expresaron su condolencia a su viuda e hijos.

El general Aramendi había nacido en Toledo el 26 de febrero de 1918 e ingresó en el Ejército el 4 de noviembre de 1936. Ascendió a coronel en 1968 y obtuvo el empleo de general de brigada en 1977. El 2 de diciembre de 1978 ascendió a general de división.

Hombre de profundas convicciones morales y religiosas, según sus propios compañeros, el general Aramendi, antes de su puesto de director de Enseñanza del Estado Mayor del Ejército, fue director de la Academia de Infantería. Estaba en posesión de tres cruces rojas al mérito militar, dos cruces de guerra, medalla de campaña, tres cruces al mérito militar con distintivo blanco y la cruz de san Hermenegildo.