Renovados brotes de violencia en las calles de Belfast
Al conocer la noticia de la muerte del huelguista de hambre Francis Hughes, católicos de todas las edades se lanzaron en la tarde de ayer a las calles de Belfast y de otras ciudades norirlandesas, lo que podría producir una explosión de violencia popular que ni siquiera el Ejército Republicano Irlandés (IRA) Provisional podría ser capaz de controlar.La reacción de los católicos no se hizo esperar, y minutos después las calles de los barrios católicos se llenaron de gente. Una vívida imagen fue la de cientos de mujeres rezando un rosario por el alma de Francis Hughes, el huelguista muerto.
En la calle de Divis, en Belfast, grupos de jóvenes enmascarados gritaban Asesinos a los soldados y policías, y en otros lugares se formaron barricadas, se secuestraron e incendiaron coches y se lanzaron bombas de gasolina contra las fuerzas de seguridad. Un portavoz de la policía norirlandesa declaró que «las cosas se estaban calentando», y prueba de la gravedad dela situación es que el Ejército ha ocupado la línea que separa a católicos y protestante en los barrios al oeste de Belfast. Sin embargo, a la hora de redactar esta crónica, la violencia no había sobrepasado marcadamente lo que se ha visto en los últimos tiempos, especialmente tras la muerte del militante del IRA Bobby Sands.
Francis Hughes es un caso distinto del que fuera diputado británico Bobby Sands. Soltero, de veinticinco años de edad, era el noveno de diez hermanos de una familia de Derry, donde, a los trece años, en agosto de 1969, pudo presenciar la batalla del Bogside, que inauguró la actual época de disturbios en el Ulster. A los diecisiete años, irritado por el comportamiento de la policía y del Ejército, entró en el IRA Provisional, convirtiéndose pronto en uno de los hombres más buscados por las fuerzas de Seguridad. En mayo de 1978, cuando se hallaba patrullando con otro provisional en la zona de la frontera, tuvo un violento encuentro con cinco miembros de los Special Air Service (SAS), resultando muerto uno de ellos. Hughes fue capturado horas después, herido en la pierna y habiendo perdido mucha sangre. Se supone que son los efectos de esta herida los que debilitaron su resistencia y produjeron su muerte en esta huelga de hambre antes de lo esperado. Condenado en febrero de 1980, Hughes nada más entrar en la prisión de Maze se unió a la protesta sucia, y el 15 de marzo pasado comenzó su huelga de hambre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.