El relevo presidencial tendrá lugar el 25 de mayo
Valéry Giscard d'Estaing comenzó ayer tarde a recoger sus papeles de su despacho del palacio del Elíseo, en el que, en principio, podrá seguir, como presidente de Francia, hasta las doce de la noche del próximo 24 de mayo, fecha en la que se cumplirán los siete años de su elección en 1974. Sin embargo, y aunque constitucionalmente siga siendo el jefe del Estado, se limitará a resolver los asuntos de trámite.
El diario Le Monde le recordaba ayer que el general De Gaulle sólo tardó unas horas en abandonar la Presidencia, cuando en 1969 le fue adverso el resultado del referéndum.El primer ministro saliente, Raymond Barre, despachó ayer con el presidente, al que protocolariamente presentaría su dimisión para ser, encargado de seguir al frente del Ejecutivo hasta que Mitterrand nombre a su jefe de Gobierno: con toda seguridad, un socialista. Ya están en la calle los nombres de Mauroy, Michel Rocard, Jacques Dellors, Claude Cheysson y Lionel Jospin como eventuales candidatos al puesto de primer ministro o al frente de carteras claves.
Las grandes medidas del nuevo poder, por ejemplo, las nacionalizaciones de Pechiney, Saint Gobain, Rhone Potilenc, Thompson, Dassault e ITT-Francia, entre otros grandes grupos industriales, tendrán que esperar al menos hasta el mes de julio, cuando se constituya la nueva Asamblea Nacional, ante la cual pueda el Gobierno presentar los correspondientes proyecto de ley, «Tomamos nota de lo ocurrido el domingo y esperamos el futuro sin perder la calma», afirmaba ayer un responsable de ITT. Anoche, el primer ministro anunció que se habían establecido controles en las fronteras para evitar una posible fuga de capitales tras la elección de Mitterrand.
A partir de ahora, estos son los pasos que deberán producirse en la vida política francesa: el Consejo Constitucional tiene hasta el 20 de mayo para proclamar los resultados oficiales de la segunda vuelta de las elecciones, aunque puede adelantar la proclamación. Según, lo dicho anteriormente, será el 25 de mayo cuando tenga lugar el traspaso de poderes. Inmediatamente, Mitterrand nombrará un primer ministro y un Gobierno, utilizando la interpretación constitucional, que afirma que los gobiernos de la V República proceden del Elíseo y no de la Asamblea Nacional.
Este primer Gobierno no tendrá que presentarse al Parlamento, que será disuelto, de acuerdo con el artículo 12 de la Constitución, que prevé que las elecciones generales tendrán lugar no antes de veinte días ni más tarde de cuarenta, después de la disolución de la Cámara. Esto significa que los franceses volverán a votar, en primera vuelta, el 21 de junio, y en segunda, el 28 del mismo mes.
El hecho de que no haya hasta entonces nuevo Parlamento no quiere decir que el Gobierno esté paralizado. Podrá, y de hecho se espera que lo haga, actuar por decreto. La subida del salario mínimo interprofesional a 3.400 francos y el, incremento de las pensiones, así como el relanzamiento de la inversión pública, son algunas de las primeras decisiones gubernamentales que posiblemente forzará Mitterrand antes de la elección de la nueva Asamblea.
La cuestión más delicada, la relación con el partido comunista, tendrá que esperar para su planteamiento al resultado de las elecciones legislativas.
