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Otro preso republicano sucederá a Sands en su huelga de hambre

Andrés Ortega

Otro preso republicano sucederá al fallecido Bobby Sands en la huelga de hambre que le costó la vida. Ayer, tras el entierro del diputado y dirigente del Ejército Republicano Irlandés (IRA) Provisional, continuaron los disturbios en Belfast, Derry y otras ciudades norirlandesas. El Ulster vive unos momentos de confusión que podrían tener un trágico desenlace.

En una conferencia de Prensa en la que estaba presente el diputado de Herri Batasuna Iñaki Ruiz de Pinedo, el vicepresidente del Sinn Fein Provisional (rama política del IRA), Gerry Adams, volvió a recordar ayer que se reaccionará «a su debido tiempo, y no cuando le convenga al Gobierno británico» a la muerte de Sands. Adams anunció, asimismo, que otro huelguista de hambre de la cárcel de Maze, cuyo nombre será hoy hecho público, tomará el lugar de Sands. Los provisionales esperan así seguir, presionando al Gobierno británico para que acepte las cinco exigencias de los presos republicanos, pero Londres sigue sin inmutarse.No se espera, pues, una huelga de hambre en masa, pero con la pauta que parece estar marcándose se está creando una bomba de tiempo o, mejor dicho, diversas bombas que al explosionar van reproduciéndose. Y si Francis Hughes, ayer en su 55 día de ayuno, o los dos que le siguen, llegan a morir será difícil volver a tener un entierro tan pacífico como el de anteayer. La situación sigue siendo, pues, explosiva, y la población norirlandesa está viviendo en un continuo estado de tensión, con ciudades como Belfast prácticamente tomadas por las fuerzas de seguridad.

Todo el mundo ha reconocido la numerosa presencia de público, de todas las edades y sexos, en el funeral de Sands, del que estaban sin embargo ausentes los diputados católicos moderados y las autoridades eclesiásticas. El sacerdote Piaras O'Duill comentó ayer, en la conferencia de Prensa, que la muerte de Sands no había sido un suicidio, pero la gran mayoría de la Iglesia católica en este país no comparte esta opinión.

La Prensa internacional empieza a marcharse de Belfast, cansada ya de los disturbios que, con sus coches secuestrados e incendiados y las bombas de gasolina, organizan jóvenes para los que es difícil diferenciar entre acción política y gamberrismo.

Incluso, en el Eire se han intensificado las medidas de protección de las personalidades políticas, tras el fallido atentado contra el líder de la oposición irlandesa, Garret Fitzgerald.

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