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Masiva respuesta ciudadana al paro simbólico contra el terrorismo

Desigual eco en el País Vasco

El desigual eco alcanzado en Euskadi por el llamamiento al paro simbólico contra el terrorismo, y las formas que revistió la expresión del rechazo de los recientes atentados, no dejaron de constituir un reflejo fiel de los contrastes que ofrece hoy el País Vasco, donde si algo es improbable es la unanimidad sobre cualquier tema.

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España vibró de emoción durante dos minutos de silencio

Así, la sonora irrupción, a las 12.05 horas, en la Gran Vía, bilbaína, paralizada y silenciosa unos minutos antes, de un pequeño grupo de escolares que gritaban «Amnistía sí, nucleares, no», o el abucheo por parte de grupos de jóvenes abertzales concentrados en el casco viejo de San Sebastián a las personas que en las calles próximas seguían la consigna de silencio, podrían simbolizar estos contrastes, sin los que el retrato de la situación vasca actual ofrecido por los dos minutos simbólicos de ayer no hubiera resultado exacto.Esa situación contradictoria tuvo ocasión de expresarse ya en las actitudes de los partidos y centrales vascas ante la convocatoria, que fue desde el apoyo incondicional de UCD, PSOE y PC, así como de CC OO y UGT, al «acuerdo con el contenido y desacuerdo con el procedimiento» del PNV, pasando por el silencio de ELA-STV y Euskadiko Ezkerra, si bien este último partido expresó en términos particularmente duros su condena de los atentados en un escrito en el que se pide «que nos dejen en paz los asesinos de la paz, los que quieren la guerra, los que buscan un país arrasado».

El paro simbólico de ayer fue especialmente significativo en Alava, Vitoria principalmente, donde todo el Gobierno vasco, con Garaicoetxea a la cabeza, interrumpió su actividad a las doce en punto, lo mismo que las comisiones del Parlamento que tenían reunión, y que la Diputación y Ayuntamiento. El lendakari, en declaraciones a EL PAÍS, reiteró su esperanza de que «reine la serenidad y clarividencia: serenidad que dará oportunidad al pueblo para conocer la auténtica catadura de los terroristas, procurando su aislamiento definitivo, y clarividencia en las Fuerzas Armadas que estoy seguro no van a caer en esta canallesca provocación».

En Pasajes, sirenas

En Pasajes, los barcos amarrados en el puerto hicieron sonar las sirenas como expresión de apoyo a la consigna. En Irún, una treintena de mujeres se concentró ante el cuartel de la Policía Nacional, entrevistándose con el capitán responsable del centro, tras rezar una oración a la puerta del mismo.En la industria los paros fueron mayoritarios en las grandes fábricas metalúrgicas del Nervión, que en ocasiones hicieron sonar sus sirenas, y muy irregulares en el resto, dependiendo en general del mayor o menor peso de uno u otro sindicato en su interior.

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