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Vuelven los GRAPO

No tenemos más remedio que pensar que estos elementos terroristas ejercen su función de asesinos movidos por otras razones ajenas a cualquier móvil pol.ítico, que hay detrás de ellos poderosos resortes que los lanzan, una y otra vez, a misiones de violencia y que engarzan su actividad con otras del mismo signo, aunque no tengan el mismo móvil. La violencia del GRAPO es-una lanzadera que se proyecta mucho más lejos, geográficamente, de donde pudiera llegar ETA u otro grupo de características locales y que, fuera de su ámbito y sin la infraestructura de apoyo que se le presta en su zona, no hubieran podido, en estos momentos, ser eficaces.En las actuales circunstancias, la ETA y el GRAPO se apoyan, creemos que incluso tácticamente. Ambos terrorismos golpean, cuando pueden, a la clase militar, porque saben que con sus actos contribuyen a conformarla como una clase aparte, la única capaz de responder de tal suerte que caiga por los suelos, hecho añicos, el proyecto de convivencia democrática de los españoles. Pero, una vez más, hay que preguntarse qué hay detrás de ETA y, sobre todo, quién mueve los escasos, pero durísimos, hilos del GRAPO. Ya es sintomático que la violencia de estos grupos arrecie cuando las decisiones del Gobierno apuntan a una consolidación democrática y a una mayor vinculación con las instituciones europeas, vínculo que supone un fortalecimiento del modelo de sociedad que perseguimos. Ya es coincidencia que el GRAPO dé señales de vida -y de muerte- cuando el Gobierno español se ve forzado a tomar algunas medidas restrictivas contra ciudadanos de países del Este. ( ... )

, 5 de mayo

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