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Los comunistas polacos pretenden democratizarse sin irritar a Moscú

El inicio, hoy, del 10º pleno del Comité Central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP-comunista) en Varsovia se lleva a cabo bajo el signo de la democratización, exigida por las bases del partido, pero con los límites a la reforma impuestos la semana pasada por Moscú, a través de su líder ideológico, Mijail Suslov.Después del tumultuoso 9º pleno, el pasado 29 de marzo, la situación actual en Polonia, fundamentada en el entendimiento entre autoridades y sindicatos libres, hace presagiar una relativa continuidad en las altas instancias del partido, con la permanencia en sus más altos organismos de Stefan Olzowski y Tadeusz Grabski, miembros cualificados de la línea dura.

Desde las huelgas del pasado mes de agosto, el país no respiraba un ambiente de tranquilidad social como el existente, en la actualidad, propiciado por el acuerdo para el reconocimiento legal del sindicato de agricultores privados antes del 10 de mayo, firmado el pasado domingo.

Por su parte, el Kremlim ha hecho públicas sus condiciones para limitar la «renovación» (ozdowa) polaca, el pasado sábado, en su Prensa oficial, atacando a los «revisionistas» del POUP. La idea ha sido recogida por Kazimierz Barcikowski, miembro del Buró Político del PC polaco, considerado como miembro de la línea intermedia para atacar las reivindicaciones liberalizadoras de las bases comunistas polacas presentadas en el congreso del Torun el pasado 16 de abril, y condenar el «fraccionalismo» en el partido. En esta reunión se solicitó la depuración de los hombres ligados a la línea dura y prosoviética, como Olzowski, Grabski y Roman Ney.

Este 10º pleno del Comité Central tendrá como principal cometido establecer las fechas del 9º congreso extraordinario del POUP, y marcar una línea unitaria en la política social y económica del país. Dentro de esta política se inscriben los cambios de personas en las más altas instancias del partido. Así, el pasado fin de semana se asestó un nuevo golpe al equipo del ex primer secretario, Edvard Gierek, con la acusación de prevaricación al antiguo encargado de la planificación, Tadeusz Wrzaszcyk, mientras los rumores insisten en la depuración, en este pleno, de Emil Wojtaszek, Josef Pinkowski, ex primer ministro, y Jerzy Waszczuk, personajes vinculados desde antaño a Gierek.

Sin embargo, todo hace pensar que Olzowski y Grabski, hombres que cuentan con el favor de Moscú, permanecerán en su puestos.

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