El debate del valenciano: dialecto o lengua
Boronat Cortés aporta en su carta del 19 de abril una serie de argumentos que, en su opinión, abonan la existencia de una lengua valenciana distinta de la catalana. No intento con estas líneas participar en una polémica que nunca debió existir -de hecho, entre lingüistas no existe-, sino hacer unas precisiones que pueden ser útiles a Boronat y a quienes como él piensan:1. El que una fuente de época medieval o renacentista, literaria o no, hable de lengua valenciana no prueba nada desde el punto de vista lingüístico, y ello por la sencilla razón de que la distinción entre lengua y dialecto no se planteó hasta que la lingüística como ciencia abordó la cuestión, lo que no ocurrió hasta bien entrado el pasado siglo. Las alusiones a lengua valenciana (en la sentencia de 1576 y demás textos) no significan otra cosa que lengua distinta del castellano y hablada en el Reino de Valencia, sin intento alguno de delimitar si se trata de lengua o dialecto.
2. Creer a estas alaturas que el catalán (y Cataluña) no existían en tiempo de Jaime I, por el hecho de que hasta 1362 no se mencione explícitamente la lengua catalana, es un caso de simple ignorancia. Argumentos históricos aparte, hasta el más profano en lingüística sabe -o debiera saber- que la mención de una lengua no es sino una constatación a posteriori de su existencia desde mucho antes. Y, desde luego, el nacimiento del catalán y de las demás lenguas románicas es varios siglos anterior a 1238 y, por supuesto, a 1362.
3. Hace tiempo que la lingüísti-
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El debate del valenciano: dialecto o lengua
Viene de página 11ca opera con datos estrictamente lingüísticos, no con noticias procedentes de fuentes antiguas. Incluso aunque textos medievales valencianos hablaran de la independencia del valenciano respecto al catalán (cosa que, a lo que sé, no ocurre), no pasarían de ser meras especulaciones y no merecerían mayor crédito que el gramático latino Varrón, cuando afirmaba que el latín deriva del eolio, o Plutarco, cuando aseguraba que el latín era un dialecto del griego, afirmaciones que nadie tomaría hoy en serio. Y si nos atenemos a los hechos lingüísticos, no se puede poner seriamente en duda que valenciano, catalán y mallorquín son variantes dialectales de una lengua común originaria que llamamos -que se llama- catalán, porque Cataluña fue su lugar de origen. Es este un hecho fácilmente constatable que, por lo demás, se enseña en las secciones de filología románica del mundo entero.
Invitaría, pues, al señor Boronat y a cuantos, pensando como él, tengan la suficiente buena voluntad corno para renunciar a prejuicios viscerales a que acepten los hechos como son, Y les invitaría también a que se convencieran de que el reconocimiento de la comunidad lingüística catalana no implica, en el plano político, una renuncia a nuestra condición de valencianos ni de españoles, como el señor Boronat parece indicar en su carta. La afirmación de nuestra idiosincrasia valenciana no tiene por qué basarse en unos argumentos seudocientíficos que no resisten el mínimo análisis, ni mucho menos en la animadversión hacia nuestros vecinos catalanes./
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