Modelo alemán
He leído el interesante editorial del viernes 17 de abril titulado «El modelo alernán», en el que de una forma clara se trata de equiparar la situación allí creada para la persecución, extirición y penalización del terrorismo con las últimas medidas aquí tomadas, haciendo una alusión a la eficacia policiaca de Himmler y la Gestapo, tristemente importada anuestra organización policial en tiempos de Ramnón Serrano Suñer. Creo que el editorial no es suficientemente convincente. A pesar de las, objeciones que cualquier ley especial pueda merecer, nuestra situación no es equiparable, independientemente de los sucesos del 23-24 de febrero a que se alude. El editorial se olvida de precisar que el modelo alemán, al menos en este momento, es no discriminatorio. Las autoridades alemanas han caído en la cuenta de que no se había estimado suficientemente el «fanatismo incalculable» de la extrema-derecha y los grupos nazis y que no puede mantenerse una fijación en el terrorismo de organizaciones izquierdistas. Más aún cuando se ha descubierto que las conexiones de estos grupos con los aparatos del Estado están empezando a ser similares a las que mantuvo el partido nazi antes de la subida al poder. En Alemania se ha tomado conciencia de que una minoría que no representa nada en las urnas puede ser una fuente de quebraderos de cabeza incalculable. Así lo han reconocido tanto el ministro del Interior, señor Baum, como su colega bávaro, Gerold Tandler, hablando este último ya de «un peligro para la seguridad pública».Las diferencias con nuestra situación están a la vista. Bastaría con leer la Prensa para hacerse un juicio mínimo suficiente sobre patentes de corso e impunidades. Los controles son problemáticos, pero mucho más los incontrolados./
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