Los nuevos funcionarios de policía serán formados en el respeto a la Constitución, según el jefe de enseñanza policial
El ministro del Interior, Juan José Rosón, inauguró ayer las instalaciones provisionales de la Escuela Superior de Policía, en Avila, que ya venían funcionando desde el comienzo del curso, así como un nuevo cuartel de la Guardia Civil. Acompañaban al ministro el abulense Francisco Laína, director general de la Seguridad del Estado; el director general de la Guardia Civil y el inspector de la Policía Nacional. Los nuevos funcionarios de policía serán formados en el respeto a la Constitución, de acuerdo con el espíritu que preside los planes de estudio.
«No se puede concebir la formación de un policía sino con un esquema de sometimiento absoluto a la Constitución», declaró Federico Cavero, jefe de la sección de enseñanza y perfeccionamiento de la Dirección General del Estado, en el transcurso de una entrevista concedida a EL PAIS. Para lograr este objetivo se han buscado unas nuevas instalaciones en Avila, se ha cambiado el profesorado y el programa, que a partir de este año constará de tres cursos, y los nuevos alumnos y alumnas viven en régimen de internado.A los cambios del sistema político del país corresponden ahora cambios en el sistema de enseñanza del policía encargado de defenderle. La construcción de una nueva Escuela de Policía es una vieja aspiración de los funcionarios de dicho cuerpo.
El segundo de los cambios hace referencia a los profesores. Cavero director desde hace muchos años de la Escuela de Policía, considerado como un hombre de talante liberal y con gran conocimiento de la formación policial, había chocado repetidas veces con el profesorado de Madrid. «Ninguno de los profesores de la antigua escuela ha querido trasladarse a Avila por razones de tipo familiar. Las plazas se han cubierto por concurso ordinario entre funcionarios del cuerpo de policía, de los que destacaría la juventud en términos generales, porque viene muy bien un profesorado joven y con entusiasmo por formar nuevos policías, para una escuela joven como ésta».
Cambio total en los planes de estudio
«El programa supone también un cambio total, de suerte que los planes de estudio de la Escuela de Policía de España pueden compararse con los planes de las escuelas más progresivas del mundo. Para el ingreso se necesita el bachillerato superior y aprobar la oposición que capacita el ingreso en la escuela, donde se permanece durante tres años».A la pregunta de si los cambios introducidos permiten decir que los policías van a estar al servicio de la democracia y las libertades públicas, el director de la escuela respondió que «la policía, como institución, es esclava de la ley; esta esclavitud es lo que marca la grandeza de la institución policial, pero ha de tenerse en cuenta que la ley no ha salido de la policía, sino que ésta se somete a sus preceptos. La instrumentación de la enseñanza en la Escuela Superior de Policía está en función del servicio a la ley, es una formación rigurosamente profesional y es obvio que en España la ley de leyes es la Constitución; entonces, no se puede concebir la formación de un policía sino con un esquema de sometimiento absoluto a la Constitución, expresión de la voluntad del pueblo español. No puede haber otro criterio que inspire las enseñanzas de esta escuela».
La modificación en el programa ha sido profunda. De un solo curso se ha pasado a tres. El primero de ellos es de carácter selectivo y consta de tres áreas: la de formación jurídica, la preparación física, y otra área específica que abarca el tiro, temas policiales, deontología, psicología aplicada e idiomas.
Al profundizar en el temario de deontología policial no queda ninguna duda del carácter democrático del programa, siempre y cuando se cumpla. En él se incluyen las declaraciones del Consejo de Europa, el estudio de los derechos humanos en el transcurso histórico, los derechos humanos y la Constitución española, y la policía como defensora de los derechos humanos.
El segundo y tercer cursos desarrollan las respectivas áreas. Al finalizar, cada alumno debe realizar una tesina.
Vida de internado
Todavía está en la mente de todos el suceso acaecido en la avenida del Mediterráneo de Madrid, cuando una inspectora de policía detuvo a un atracador nada más haber perpetrado el delito. Al comentar el hecho, Lola, veinte años y natural de Lérida, no pudo por menos de dejar escapar un gesto de admiración: «Es una profesión que siempre me ha llamado la atención. Se me presentó la oportunidad, y como no me desagradaba, al contrario, es muy emocionante, firmé la oposición, y ahora que ya estoy en la escuela considero que es una profesión para las que las mujeres estamos capacitadas plenamente».El sueldo que perciben en la actualidad los alumnos se acerca a las 28.000 pesetas mensuales. La procedencia por regiones del alumnado es desigual, aunque hay de todas las partes de España, incluido el País Vasco. La edad de la mayoría oscila entre los diecinueve y los veintidós años, y un 30% del total ha hecho algún tipo de estudios universitarios.
Relaciones con la sociedad
Tanto alumnos como claustro de profesores y autoridades de la escuela tienen muy en mente sus relaciones con la sociedad y son conscientes de lo difícil que es poner en circulación en una ciudad como Avila, a 250 jóvenes estudiantes. Sin embargo, ya están siendo educados de acuerdo con las teorías de su director, para quien las relaciones entre policía y sociedad deben ser de «diálogo y respeto, en los que está basada la colaboración ciudadana, que es el arma más importante con el que cuenta la policía».
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