Calvo Sotelo y Schmidt

El presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, ha elegido la República Federal de Alemania como primer país extranjero a visitar «porque Alemania es, como nosotros, un país europeo, occidental y atlántico». Seguramente también, aunque esto no lo dijo el presidente del Gobierno, porque, contrariamente a las dificultades que determinan nuestras relaciones con Francia -el otro gran país de la CEE-, derivadas de los intereses contrapuestos en la agricultura y a las reticencias de París respecto a la cooperación antiterrorista, en las relaciones con la República Federal de Alemania no existe ningún contencioso que pueda enturbiar un buen entendimiento. ( ... )Sin duda alguna, el punto principal de esta visita reside en la expresa ratificación de Leopoldo Calvo Sotelo de nuestra voluntad de integración en Europa y en la afirmación -ya insinuada en unas recientes declaraciones al New York Times- de que el Gobierno español piensa acelerar la petición de inoreso de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Respecto a la voluntad de integración en la CEE, el viaje no puede aportar grandes novedades, ya que todo el mundo sabe que la decidida voluntad política de integración topa con las dificultades de la propia readaptación de la Comunidad Europea a las nuevas circunstancias mundiales y con los intereses agrícolas contrapuestos de Francia. Es por esto que quizá lo más importante sea el declarado apoyo del canciller Schmidt a la entrada de España -actitud que contrasta con la de los políticos franceses, preocupados por el voto de los agricultores- y la afirmación del señor Calvo Sotelo de que el proceso de integración de España en el Club de los Diez será largo y lento, lo que no hace sino reconocer las dificultades objetivas de la negociación y la actitud reservada del empresariado español, que -en medio de una fuerte crisis económica internacional- no ve con buenos ojos ninguna alegría en el campo del desarme arancelario de los productos industriales. (...)

23 de abril