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La CEE emplaza a Bélgica, Luxemburgo y Reino Unido sobre sus planes siderúrgicos

Soledad Gallego-Díaz

BruselasEl Reino Unido, Bélgica y Luxemburgo deberán explicar a la Comisión Europea antes de un mes cuáles son sus planes para la reestructuración de sus respectivas siderurgias y qué tipo de ayudas estatales están concediendo a las mismas. El comisario holandés Frans Andriessen, encargado de la «cartera» de competencia, ha dirigido sendas cartas a los Gobiernos de Londres, Bruselas y Luxemburgo en las que les recuerda, en términos muy duros, que las ayudas sólo son «tolerables» en casos muy concretos, según los acuerdos adoptados en varios consejos europeos (reunión de jefes de Gobierno de los diez).

Las ayudas que otorgan el Reino Unido y Bélgica fueron objeto de un duro ataque por parte del canciller Schmidt en el último Consejo de Maastricht (Holanda). El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), harto de comprobar cómo la siderurgia de la RFA es la única que respeta los planes de reestructuración comunitarios, llegó a amenazar muy seriamente con cerrar sus fronteras a las exportaciones de acero de sus «socios», lo que supondría colocar a la Comunidad Económica Europea frente a la crisis más grave de su historia.Schmidt reclamó un control estricto de las «subvenciones» que otorgan especialmente Francia, Reino Unido y Bélgica, 'porque, dijo, gracias a ellas se están manteniendo de pie industrias que no son libremente competitivas.

La primera consecuencia de la amenaza de la RFA son estas cartas de la Comisión Europea. Los «eurócratas» recuerdan tajantemente a estos tres países que las ayudas a la siderurgia deben ser suspendidas progresivamente y que su principal objetivo debe ser ayudar a disminuir la producción de acero. Ningún tipo de ayuda puede ser concedida a empresas o grupos de empresas que no tengan un programa que permita recuperar su rentabilidad. En definitiva, se trata de dejar que se hundan aquellas siderurgias que no sean capaces de competir libremente en el mercado. En el caso de Bélgica, estas medidas pueden suponer la desaparición prácticamente total de su desfasada industria siderúrgica, con un aumento galopante del paro, que ya se encuentra en niveles superiores a los de sus «socios» de la CEE.

Las infracciones británicas

En el caso británico, la comisión muestra su preocupación por la decisión del Gobierno de Londres de conceder 6 10 millones de libras esterlinas a la British Leyland, empresa que continúa sufriendo importantes pérdidas anuales. Según la Comisión sólo pueden ser justificados 380 millones, y los 230 millones restantes pueden constituir una clara infracción de los acuerdos de Maastricht.

La Comisión se muestra también inquieta por el plan de «reestructuración» aprobado- por Luxemburgo, porque, a su juicio, no va a conllevar una reducción de la producción lo suficientemente «satisfactoria». Luxemburgo deberá explicar cuidadosamente el destino exacto de los 20.000 millones de francos belgas que supone su plan.

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