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La estrategia y la táctica de ETA Militar

( ... ) Desde hace veinte años, los hombres que dirigen ETA Militar han adquirido una formidable experiencia en la dirección de la guerrilla bajo todas sus formas. Han analizado los éxitos y los fracasos de las organizaciones armadas más diversas del FLN argelino a los montoneros argentinos, pasando por el IRA irlandés, los tupamaros uruguayos, etcétera. De la atenta observación de sus prácticas resulta, según ellos, que un movimiento de lucha armada debe, para no ser destruido o desmantelado, responder a tres condiciones: a) poseer una base de repliegue, un santuario fuera del alcance de la represión; b) resolver el problema, fundamental, de la tortura, y c) no tener prisa por asaltar el poder.ETAm ha elaborado toda su estrategia sobre el riguroso respeto de sus principios. Sus jefes principales viven en la clandestinidad en Euskadi norte (País Vasco francés), donde se encontrarían sus principales bases de entrenamiento, sus centros de abastecimiento y sus lugares de reunión. ( ... )

El reclutamiento se efectúa con arreglo a criterios de clan: son amigos o familiares conocidos desde la infancia, lo que hace prácticamente imposible la infiltración de la policía.

Los grupos activistas están organizados en tres estructuras diferentes: los comandos profesionales que proceden de Euskadi norte para realizar una operación importante, y que se repliegan de inmediato; comandos volantes de cuatro miembros que no se conocen entre ellos, y que ETA Militar convoca en un auto; en fin, comandos separados, casi autónomos, que poseen un coeficiente de reinserción muy elevado (después de un atentado, cada miembro de un grupo debe reintegrarse a su medio natural -fábrica, oficina- en cinco o diez minutos, como máximo, para ofrecer una coartada segura). ( ... )

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Queda el problema de la tortura. ETA Militar no ignora que el interrogatorio es el origen del desmantelamiento de la mayoría de los movimientos de la lucha armada, y ha encontrado una solución eficaz, original y paradójica; en efecto, da a sus miembros la consigna de hablar, de decir lo que saben, con el fin de evitar la desmoralización por la tortura. De todas formas, saben poco y su detención no debilita a la organización, pues por cada militante detenido, una veintena de nacionalistas están dispuestos a sustituirlo en la lucha. (...)

, abril de 1981

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