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Denuncias de espionaje soviético en Austria y Holanda

El ciudadano soviético Arkadi Belotservo, sospechoso de haber realizado espionaje económico, dimitió ayer de su cargo de secretario en el Instituto Internacional para Sistemas de Análisis Aplicados (IIASA), en VienaUn portavoz de la citada institución internacional, creada en 1962 por iniciativa de la URSS y EE UU, informó que Arkadi Belotservo había presentado voluntariamente su dimisión, y que el IIASA la había aceptado.

Las acusaciones contra el ciudadano soviético, que no han sido probadas, tienen su origen en un artículo de la revista inglesa Now, según el cual Viena constituye el nudo de una red de espionaje soviética que opera en todo el mundo.

A través de la capital austriaca, la URSS realiza, según estas fuentes, espionaje contra Noruega, el Reino Unido y China, así como contra compañías petroleras internacionales.

Belotservo rechazó las acusaciones aparecidas en la Prensa, y manifestó que dimitía para que esas «falsedades no se utilicen contra el IIASA».

Un portavoz del IIASA declaró ayer que, aunque no se ha probado la veracidad de las acusaciones contra Belotservo, el Instituto ha aceptado la dimisión, porque el trabajo en el centro «tiene que desarrollarse en un clima de confianza mutua».

Un portavoz del Ministerio del Interior declaró que la policía austríaca no puede emprender ninguna investigación contra Belotservo, porque tiene pasaporte diplomático.

Asimismo, se sospecha que uno de los presidentes del Instituto, el soviético Dchermen Gvishiani, pudiera ser el jefe del KGB en Europa occidental.

Periodista expulsado

Por otra parte, el corresponsal de la agencia oficial soviética Tass en Holanda, Vadm Leonov, fue expulsado de este país como consecuencia de actividades de espionaje incompatibles con su función, se supo ayer de fuentes del Ministerio neerlandés del Interior.El portavoz de este Ministerio precisó que Leonov, que estaba en los Países Bajos desde 1977, en el transcurso de las actividades de espionaje mantuvo contactos con un funcionario que tenía acceso a documentos de alto secreto, pero no específicamente militares, relativos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Rehusó hacer ningún comentario acerca de si prosperaron las pretensiones del soviético.

Indicó, por otra parte, que no existía relación entre la expulsión de Leonov y la detención, a principios del pasado mes de marzo, de un funcionario del Ministerio holandés de Defensa, que intentó vender documentos secretos a «un país extranjero».

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