La OUA quiere que Marruecos participe en la próxima "cumbre" de Nairobi
El presidente en ejercicio de la OUA, jefe del Estado sierraleonés, Siaka Stevens, y el secretario general de la misma organización, Edem Kodjo, eran esperados ayer en Marruecos, en donde se esforzarán por obtener la participación del rey Hassan II en la próxima cumbre de la OUA de Nairobi, que se supone decisiva sobre el conflicto del Sáhara.
Hasta ahora, los medios oficiales de información de Marruecos no han informado de este viaje; sólo el diario L'Opinion, del partido Istiqlal, se ha referido a él, aunque lo atribuye al deseo de la OUA de entregar oficialmente al rey Hassan II las resoluciones sobre el Sáhara tomadas en la reunión del comité de sabios de la OUA de septiembre último.El rey Hassan II recibirá a sus visitantes en la provincia de Er Rachidia, en la frontera argelina de la región centro-este de Marruecos.
El monarca marroquí, cuyo periplo ha estado hasta ahora jalonado por continuadas adhesiones a la marroquinidad del Sáhara, no dejará de aprovechar esta coincidencia -que si la hubiera planeado a propósito no le habría sido mejor-, para mostrar a Siaka Stevens y Edem Kodjo unas poblaciones presaharianas que, según testimonios anteriores de la Prensa local, habían estado sometidas a los ataques del Polisario procedentes de territorio argelino.
Aparte estas consideraciones de tipo coyuntural, se comprenden mal los objetivos de esta visita de Siaka Stevens y Edem Kodjo, a la que la OUA, aparentemente, quiere dar la máxima solemnidad y trascendencia.
En efecto, después de la reunión del comité de sabios sobre el Sáhara, de septiembre de 1980, la llamada Freetown II, la OUA había previsto que sólo Edem Kodio visitara a las partes interesadas para comunicarles las resoluciones.
El hecho de que Siaka Stevens haya decidido desplazarse también, viene a significar que el presidente de la OUA desea poner todo el peso de su autoridad panafricana en la gestión que debe llevar a cabo en Marruecos.
Aquellas resoluciones de Freetown II preconizaban en esencia la instauración de un alto el fuego en el Sáhara, pero sin exigir la retirada previa ni de las tropas ni de la Administración marroquí, para antes del 15 de diciembre de 1980.
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