Campaña del PNV para convencer al pueblo vasco de la inutilidad de la violencia

El Partido Nacionalista Vasco llevará a cabo una acción eficaz ante el pueblo vasco «para conducirle a la persuasión de que la violencia no resuelve ninguno de los problemas de este pueblo», según se desprende de los acuerdos adoptados en el curso de la asamblea extraordinaria que el mencionado partido celebró el pasado sábado en Vitoria.En relación a este tema, el presidente del PNV, Xabier Arzallus, destacó en unas declaraciones concedidas a EL PAÍS «la notable distancia existente entre lo que Madrid quiere que hagamos y lo que nosotros no creemos que se debe hacer».

Xabier Arzallus, que no ocultó su «sorpresa ante los titulares de EL PAÍS del pasado domingo» que encabezaba la información del desarrollo de la asamblea extraordinaria, expuso, en esta línea, su «temor al ambiente de presión existente a nuestro alrededor».

Después de matizar que el pueblo vasco es el que padece más directamente la actual situación política de violencia, el presidente del PNV agregó: «Madrid no cae en la cuenta de la perplejidad a la que constantemente somete a nuestras bases con sus amenazas de recortes autonómicos y de anulación de la vida política».

Frente a la responsabilidad que pueda tener el partido mayoritario del Gobierno vasco en la pacificación de Euskadi, Arzallus precisó: «El PNV está intentando, sobre todo, serenar al país e infundir esperanza. Esto sólo se conseguirá si nuestro pueblo ve un verdadero progreso en la vida política. El pueblo vasco, al que se le está infundiendo una gran dosis de desconfianza, está asistiendo, perplejo, a dos alternativas diferentes».

En este mismo tono se pronunció el Partido Nacionalista Vasco en su asamblea, cuando -al analizar el actual momento político que atraviesa Euskadi- valoró que el pueblo vasco «puede verse en un cruce de alternativas incompatibles, y, por tanto, o en una agresión por parte de ETA, o sumido en la clandestinidad por intentonas golpistas».

Al finalizar el debate sobre la violencia los afiliados nacionalistas mostraron su preocupación ante el peligro de polarización que puede darse en el País Vasco en torno al terrorismo de ETA o a los intentos golpistas, que provoque la pérdida de óptica de otros problemas no menos graves, como el paro y la crisis económica.

Por último, fuentes nacionalistas consultadas por EL PAÍS, que coincidían en señalar que la violencia fue un tema abordado en la mencionada asamblea con «profundidad y preocupación», recordaron que el PNV, desde un principio, se había mostrado partidario de la adopción de medidas políticas como camino fundamental para avanzar en la normalización del País Vasco.

Por su parte, los apoderados nacionalistas de las juntas generales de Vizcaya emitieron ayer un comunicado en el que condenaban «una vez más con toda la fuerza moral que da esta institución» las actividades terroristas protagonizadas por ETA y por el Batallón Vasco Español.

«Estos atentados», dice la nota, «envilecen a sus autores, deterioran el sentido ético de la vida y degradan la imagen pública de nuestro pueblo».

Los autores del comunicado, después de expresar su convición de que el aislamiento terrorista pasa fundamentalmente por la adopción de medidas políticas, piden que «las medidas coercitivas dictadas y aplicadas por el Estado se mantengan dentro de los límites estrictos exigidos por los derechos fundamentales de las personas, grupos sociales y pueblos».