La música entretenida de Ruby y Los Casinos
Ruby, que se llama Marité, es toda rubia, Iicenciada en Psicología, y canta. Su primer single, el famoso Yo tenía un novio (que tocaba en un conjunto "beat"),es una de esas canciones que aparecen como por ensalmo, que la gente aprende a corear y que posiblemente venda antes de que nadie aprenda a saber de dónde salió.Tal vez por ello el último sábado varios cientos de personas acudieron a la sala Rock-Ola para ver a esta mujer en directo, para comprobar qué tipo de producto es, para entender algo del misterio. Y la verdad es que pudieron quedarse contentos. Ruby, con sus Casinos, ha mejorado notablemente desde que hace casi un año actuó por primera vez en el Escalón. Es una mujer que sabe moverse, una mujer con imagen y que utiliza su voz nada especial con una gran inteligencia, hasta el punto de apenas notársele su acento originario, que es argentino.
Las canciones que va soltando el grupo suelen dar un nivel mínimo, es pop sin demasiadas pretensiones, diseñado para gustar de una manera inmediata y hacer moverse al personal. Claro que esto último no es tan fácil, sobre todo cuando el moverse significa encontrarse con el fuego del infierno y respirar el humo de los condenados. Viva muestra de estas circunstancias ambientales era la estampida que poco a poco se iba dirigiendo hacia la salida. No es que Ruby estuviera echando a la gente, ni mucho menos, es que allí sólo podían aguantar rockers heroicos con mucho humor y una entrega conmovedora. Por lo demás, el grupo resultaba tan competente como suelen serlo los músicos argentinos y tan poco brillante o imaginativo. Pero como no hace falta, porque esto es una solista con acompañamiento y esa solista da bien y convence, el resumen final es positivo.
Y si Ruby triunfó el sábado (triunfo moderado, pero triunfo al fin), el día anterior había ocurrido, en el mismo local, una catástrofe (moderada, pero catástrofe). Estaban anunciadas las Chinas, el único grupo de chicas que merece algo la pena por aquí. Pero no pudo ser. El día anterior les habían robado el equipo, cuando llegaron a Rock-Ola se encontraron con que el equipo de sonido de la sala no estaba. Cuando, por fin, llegó y lo instalaron, resultó que se habían equivocado con los cables y no funcionaba. Eran ya las doce y cuarto o doce y media y más allá de las puertas cerradas un grupo importante de gente seguía esperando el concierto. Finalmente, hubo que explicarles que allí no iba a pasar nada. Las Chinas se encontraban en el peor de los estados anímicos y aquello era una pena.
Babelia
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