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Sancho Rof busca una solución negociada al conflicto del Hospital Provincial que impida la huelga general de médicos

La reunión mantenida en él Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, en la que actuó como mediadbr el ministro, Jesús Sancho Rof, que duró desde las nueve de la noche hasta casi las siete de la mañana de ayer, según distintas informaciones recogidas, fue muy pesada. Cada parte expuso largamente sus opiniones, se dio lugar a amplias intervenciones colaterales y se repitieron hasta la saciedad las argumentaciones. Al final de la reunión no hubo acuerdo alguno, aunque sí se puede considerar como positiva, al margen del hecho en sí de la reunión, la voluntad de rebajar los planteamientos propios para permitir una salida negociada al conflicto.Sólo un punto permanece inalterable, y contra él se estrellaron casi nueve horas de conversaciones: la dimisión del director del centro, el doctor José Luis Barros. Los médicos insistieron en que su cese es una condición imprescindible para desbloquear la negociación global, y los representantes de la Diputación no cedieron en su postura de mantenerlo en su puesto, ya que, según éstos, puede estar en juego el principio de autoridad de la Corporación.

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A la reunión asistieron, además del ministro, José María Rodriguez Colorado, presidente de la Diputación Provincial; María Gómez Mendoza, presidenta del Consejo de Administración del hospital; el vicepresidente del Colegio Oficial de Médicos (COM) de Madrid, doctor Aguado; el delegado territorial de Sanidad y Seguridad Social en Madrid, un representante de los médicos funcionarios, otro de los médicos laborales, un tercero del comité de empresa y, como asesores, el secretario general técnico del Ministerio y el director general de Trabajo.

En cuanto al resto de los puntos en conflicto, se han limado asperezas, aunque no parece que pueda hablarse todavía de un principio de solución. Respecto a los expedientes incoados a 32 profesores de servicio, la Diputación ha ofrecido reconsiderarlos, con posibilidad de llegar al sobreseimiento, pero siempre que antes los profesores en cuestión hagan efectiva la respuesta a las tres cartas enviadas por María Gómez Mendoza requiriéndoles información sobre la repercusión de la huelga en sus departamentos, y que se negaron a contestar. Los profesores celebraron una reunión a primeras horas de la tarde de ayer, de cuyas conclusiones no se ha facilitado información, aunque se sabe que recibieron información de la reunión realizada con el ministro a través del profesor Rivera, que asistió a la misma como representante de los médicos funcionarios. Seis profesores (los doctores Oñate, Clavero, Piedrahita, Pérez Modrego, Caballero y Sacristán) que no están expedientados han solicitado serlo. La Diputación ha rechazado este autosacrificio.

Sin embargo, fuentes de la comisión de médicos en huelga informaron a EL PAIS que los expedientes y la dimisión de Barros podíán terminar por anularse uno al otro mediante un canje: los médicos retiran la petición de dimisión y, a cambio, se anulan aquéllos. Como puede apreciarse, las versiones de ambas partes no coinciden, lo que parece avalar la hipótesis de que es muy difícil que la segunda ronda de negociaciones en el Ministerio arroje resultados positivos inmediatos.

Oferta de creación de tres subdirecciones médicas

Como una oferta colateral hay que señalar la de la Diputación referida a crear tres subdirecciones médicas -previstas, por otra parte, desde hace dos meses-, lo que haría que la dirección del centro tomara, un aspecto colegiado en cierta medida. Los médicos, sin embargo, parecen estimar que los tres subdirectores no serían, a la postre, más que subordinados del doctor Barros, y la oferta no les entusiasma.Respecto al tema de la representatividad se ha dado un paso adelante, por cuanto la Diputación reconocerá la constitución de una sección sindical en el hospital del Sindicato Médico de Madrid, a su vez adscrito a la confederación estatal; pero eso no elimina el problema de la redacción del actual convenio general. La Diputación, según fuentes directas, mantiene su proposición de que se integren en el comité de empresa como asesores, aunque con la certeza de que sus reivindicaciones serán defendidas a ultranza por el comité. Lo que la Diputación no admite es reconocerles representatividad propia ni la redacción de un convenio exclusivo. Respecto a temas concernientes a la asistencia sanitaria, se potenciaría la participación de los médicos, eligiendo sus representantes en los diversos comités técnicos que funcionan en el hospital, como el de promoción, el facultativo o el de docencia.

Una nueva reunión de la asamblea de médicos, celebrada, como las anteriores, en la sede de su colegio profesional, pidió anoche que el doctor Barros se manifieste públicamente en desagravio de la profesión médica (cosa ya aceptada por las dos partes en negociación) y que en el caso de que esa manifestación pública no sea suficiente, se abra en el colegio un expediente de expulsión, lo que vendría a suponer, de hecho, la negativa a que el doctor Barros pudiera ejercer la medicina en la provincia de Madrid.

Apoyo indirecto a la Diputación

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, doctor Quemada, Sisniega, afirmó ayer que «resulta difícil analizar desde fuera el problema del hospital de Madrid, pero creo que el conflicto está planteado entre los que quieren hacer una medicina hospitalaria digna y los que quieren seguir con múltiples puestos y favoreciendo la medicina privada», según informa nuestro corresponsal Luis Miguel de Dios. A su vez, según nuestro corresponsal en Avila, César Lumbreras, unos cincuenta médicos en paro han manifestado su apoyo total a la Diputación.Por su parte, las secciones sindicales del Hospital Provincial y del Hospital Psiquiátrico de la Diputación, así como el sindicato provincial de CC OO de sanidad, han hecho público un el que reiteran su oferta a los médicos pira acoger sus reivindicaciones, declarar que su posición frente al conflicto es autónoma y que su apoyo a la Diputación Provincial no puede entenderse como condicional, puesto que el comité está centrado en los problemas de la negociación colectiva, y aquí también existen importantes puntos sin acuerdo que podrían dar lugar a la adopción de medidas de presión.

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