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Una zona conflictiva y pobre, poblada por albaneses

Kossovo es una de las dos provincias socialistas autónomas dentro de la República de Serbia, una de las seis repúblicas de las que está compuesta Yugoslavia (las otras son Bosnia y Herzeeovina, Montenegro, Croacia, Macedonia y Eslovenia, la otra provincia autónoma es Voivodina). Situada en la frontera con Albania, tiene una extensión de 10.887 kilómetros cuadrados y una población de 1.500.000 habitantes, con la tasa de natalidad más alta de Europa. Cerca del 80% de esta población es albanesa, y de religión musulmana. Kossovo, que es hoy la región más subdesarrollada de Yugoslavia, fue el corazón de la Serbia medieval, por lo que su transformación en la séptima república federada tocaría el nervio más tenso del nacionalismo serbio.Ya el 29 de noviembre de 1968 apuntaba el diario Le Monde que «manifestantes albaneses aclamaron al presidente de la vecina Albania, Enver Hoxha» y arremetieron contra el diario de Kosovo en lengua serbia, Jedinsivo. El chovinismo serbio había perdido ya su principal valedor, el vicepresidente yugoslavo Alexandar Rankovié, mano dura de la represión sureslava contra los nacionalistas, albaneses. Tito recomienda tacto y se inician planes de desarrollo a ultranza del tremendo subdesarrollo de Kosovo.

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Fuerzas del Ejercito yugoslavo ocupan la región autónoma de Kossovo, aislándola del resto del país

«Nunca las materias primas hicieron rico a nadie», dijo Tito en Kosovo el 16 de octubre de 1979 en la que sería su última misión política. Seguiría su muerte siete meses después y grandes polémicas entre las diversas repúblicas yugoslavas sobre si tiene razón de ser un aumento de la ayuda solidaria federal a una región que absorbe todo y se desarrolla poco. Corren desde entonces tendencias hacia la supervisión federal del dinero que en Kosovo se invierta, lo que en medios albaneses de Yugoslavia despierta recelos de neocolonialismo federal. Mientras tanto, en Kosovo arrecia el paro y hasta el receso económico.

Los dirigentes federales de Yugoslavia apuntan siempre hacia la presencia del «enemigo exterior» en los asuntos de Kossovo. Es verdad que en la vecina Albania se tiene como traición a sus intereses la adjudicación a Serbia de Kosovo en torno a la primera guerra mundial, tras desmembrarse el imperio otomano. Además, Albania es el único país de Europa que no ha firmado la Carta de Helsinki, de inviolabilidad de las fronteras europeas.

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