Dos mil estudiantes se encargan de la recogida del censo y el padrón municipal
Dos mil personas, en su práctica totalidad estudiantes universitarios o de COU, se ocupan, desde hace algunas semanas, de entregar y recoger por todo Madrid los impresos con los que se confeccionarán los censos de población y viviendas y el padrón municipal, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y el Ayuntamiento, respectivamente. Serán, sin embargo, el primero de estos organismos el que se encargue de toda la organización, por coincidir cada diez años la realización de su estudio sobre población y viviendas a nivel nacional con el padrón hecho por los ayuntamientos cada cinco años.
Los responsables del Departamento de Estadística Municipal calculan que para mediados del próximo mes de mayo se podría tener recogido el millón de padrones correspondientes a la capital, que serán procesados a continuación en el Centro Electrónico para Tratamiento de la Información (CETI), del Ayuntamiento.Para entonces, otros tantos impresos estarán en manos del Instituto Nacional de Estadística; su estudio, en unión de los impresos recibidos del resto de las provincias españolas, permitirá realizar unos cuadros estadísticos en los que figure desde el número de hombres y mujeres a las características de las viviendas habitadas o al porcentaje de personas que utilizan un determinado medio de transporte.
Gracias a un decreto publicado en el BOE el pasado mes de enero, el dinero para pagar a los padroneros, que se ocupan de entregar y recoger los datos, saldrá, por primera vez, de los Presupuestos Generales del Estado.
Las cantidades recibidas por estos agentes -la mitad de ellos, con estudios universitarios; el 20%, con la carrera terminada, y el resto, estudiantes de COU- oscilan entre las 21.000 y las 30.000 pesetas, según la sección que les haya correspondido.
Madrid está actualmente dividida en 2.229 secciones, en las que viven entre 1.000 y 3.000 personas. El trabajo de los padroneros variará, por tanto, según la concentración humana existente en una determinada zona, sus condiciones sociológicas y el número de padrones que tengan que entregar y recoger.
Las cantidades cobradas por los agentes censales, en las que ya está comprendido un incentivo de unas 7.000 pesetas dado por el Ayuntamiento, se ven a veces incrementados, porque el agente tiene que trabajar en una de las cien secciones difíciles existentes en la capital.
La dificultad de estas zonas re side en la diseminación de las viviendas, como puede ocurrir en la zona del Hipódromo de la Zarzuela, o en el nivel de instrucción de los residentes. En algunos distritos que cuentan con población chabolista es normal ver a los agentes rellenando los impresos bien casa por casa o en reuniones con varios de los cabezas de familia.
A estas dificultades se ha sumado este año la desconfianza de muchas personas que no abren la puerta a los agentes. La solución es meter por debajo de la puerta el impreso y esperar a que cuando se vaya a recoger a los tres o cuatro días haya mejor suerte. Esta desconfianza hace asimismo que muchas personas, por no dejarlos impresos a un vecino o al portero, que se podrían enterar así de sus datos, prefieran trasladarse a algunas de las oficinas censales a entregar los impresos en mano.
A pesar de la insistencia de los padroneros en recoger todos los impresos, no se puede evitar, sin embargo, que un pequeño número de personas incumplan con la obligación de responder a los censos sin tener en cuenta que el padrón no sólo sirve para confeccionar las listas electorales, sino también para pedir la tarjeta de residente en la operación de regulación de aparcamiento (ORA), pedir una fe de vida, sacar la cartilla de taxista, realizar un matrimonio civil, opositar a empresas estatales, cobrar pensiones, obtener una cartilla de Beneficencia, pedir viviendas sociales, instalar un teléfono o conseguir un pase pernocta durante el servicio militar.
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