El Partido Social Demócrata irrumpe en la política británica

Arropados con unas encuestas y una Prensa favorables, así como con la aparición de la tarjeta de crédito en la vida política británica, ayer se lanzó oficialmente al ruedo el nuevo Partido Social Demócrata (PSD). La banda de los cuatro convocó en la mañana temprana, en Londres, una conferencia de Prensa que resultó algo decepcionante por sus vaguedades, y, posteriormente, los dirigentes del nuevo partido se dispersaron para presentar el PSD en las principales ciudades británicas.

En una sala abarrotada, Roy Jenkins, David Owen, William Rodgers y Shirley Williams, en lo que constituye una amenaza, tanto para los conservadores como para los laboristas, hicieron un claro llamamiento a las personas alienadas del sistemas bipartidista británico. Declarándose antidogmáticos, pretenden no sólo abrir paso a un nuevo partido, sino a un nuevo enfoque de la vida política del Reino Unido, en colaboración con los liberales. El líder de éstos, David Steel, ha dado tres meses de plazo al nuevo partido para lograr un acuerdo electoral conjunto que cubra el programa político a presentar y el reparto de los distritos electorales.Los cuatro dirigentes reafirmaron sus principios a favor de la representación proporcional y de una política económica coherente, con un programa de inversiones públicas, una política salarial flexible y duradera y una lucha contra el paro, ratificándose en su firme apoyo a la economía mixta de mercado, corregida con una distribución equitativa de la riqueza. Junto a esta serie de generalidades no concretadas, el PSD se mostró también partidario de una descentralización general y de la igualdad para las mujeres y los grupos minoritarios. En política exterior apoyarán a la Alianza Atlántica y a la Comunidad Económica Europea.

En el Parlamento, los socialdemócratas se han convertido en el tercer grupo más poderoso, con catorce diputados en la Cámara de los Comunes (uno de ellos proveniente de las filas conservadoras) y dieciocho lores en la Cámara alta. En cuanto a miembros, contaban con unos 30.000 antes de que se lanzara el partido. La contribución mínima anual, aunque no obligatoria, será de nueve libras (unas 1.700 pesetas), y bajo el sistema de «un miembro, un voto,», será la base la que forjará la constitución del partido y sus políticas concretas. Hasta entonces seguirá el liderazgo colectivo de un comité presidido por la banda de los cuatro. El PSD, añadieron sus fundadores, no estará en manos ni de las altas finanzas ni de poderosos sindicatos.

Foot pide su dimisión

El líder laborista Michael Foot acusó ayer a los socialdemócratas, pidió la dimisión del Parlamento de los catorce diputados rebeldes y adelantó, sin duda exagerando, que «en las próximas elecciones generales los socialdemócratas no lograrán un solo escaño».

Este es el primer intento en el Reino Unido de lanzar un nuevo partido a escala nacional desde que, en 1900, se creara el Partido Laborista. El único lugar donde por ahora no estará presente el PSD será en Irlanda del Norte.

Encuesta en "The Observer"

La última encuesta del dominical The Observer daba, en caso de elecciones generales, un 46% de los votos a una alianza de socialdemócratas y liberales, muy por encima de conservadores y laboristas. Las próximas elecciones mostrarán el verdadero impacto de los socialdemócratas en el país. Para entonces ya tendrán un programa político más concreto, pues ayer se presentaron con las manos algo vacías.

Los socialdemócratas lanzan, pues, una campaña a escala nacional, utilizando para ello los medios de comunicación que, en generales son favorables, e introduciendo la tarjeta de crédito para la afiliación al nuevo partido. No se presentarán a las elecciones municipales en mayo (no hay que confundir el PSD con un grupúsculo llamado Alianza Social Democrática), pero sí a las de 1982 y, seguramente, a las elecciones parciales que tengan lugar antes de las generales, programadas en principio para 1984.