El Pleno del Congreso aprobó ayer la separación matrimonial por mutuo acuerdo
El Pleno del Congreso aprobó ayer, en una sesión que duró escasamente cincuenta minutos, por lo que a la ley de Divorcio se refiere, la posibilidad de que los cónyuges se separen por mutuo acuerdo, siempre que haya transcurrido un año desde la celebración del matrimonio. En el aire de la sesión estuvieron unas declaraciones de fuentes democristianas a la agencia Europa Press, referentes a que si el Congreso no modificaba el procedimiento de divorcio, modificación pactada por los centristas para hacer en el Senado, «podría destaparse la caja de los truenos».La novedad de los problemas intemos de UCD fue que el diputado democristiano Oscar Alzaga negó que se hubiera producido un acuerdo con los socialdemócratas el día anterior para acotar los temas que se modificarían en el Cámara baja, es decir, los artículos 82.5 y 86 bis, pacto en el que participó el portavoz del Grupo Parlamentario Centrista, Miguel Herrero, junto con el ministro de Justicia y el diputado Luis Apostua.
El nuevo planteamiento democristiano de reformar en el Congreso la disposición adicional sexta, que permite a los cónyuges que estén de acuerdo en divorciarse ir a un procedimiento sin litigio variaba sensiblemente el pacto aludido. Oscar Alzaga dijo: «¿Qué acuerdo es ese?, en un rumor lanzado por algunas personas y sin ningún fundamento. No existe ese acuerdo de ayer», y Miguel Herrero comenta esta opinión diciendo: «Sería que el señor Alzaga no era parte en ello».
Destapar la caja de los truenos
Oscar Alzaga dijo también que lo de destapar la caja de los truenos «es una expresión un tanto exótica, que no ha empleado nadie ni democristiano ni del resto de UCD», mientras que Miguel Herrero afirmaba que aunque el destape de la caja «es una posibilidad que está abierta siempre», «los truenos, cuanto más encerrados en una caja estén, mejor».
El Pleno aprobó ayer sólo un artículo, el 81, que contempla la separación por mutuo acuerdo, y lo hizo por 263 votos favorables de los 274 emitidos. Con anterioridad a la votación, el centrista Javier Moscoso estuvo contestando a las enmiendas al artículo citado, presentadas por Juan María Bandrés, del Grupo Mixto, Coalición Democrática, el comunista Solé Tura y los grupos Socialistas del Congreso y de Cataluña.
Una indicación de Javier Moscoso a Juan María Bandrés, en la que le discutía el criterio del diputado vasco de admitir la separación a petición de ambos cónyuges o de uno cualquiera de ellos, hizo decir a Bandrés que «yo soy muy respetuoso con el amor humano y, sobre todo, con el matrimonio, con esa institución que, además, practico».
Moscoso dijo, en respuesta a Solé Tura, que admitir el divorcio por mutuo consenso no era un problema «de progresismo o no progresismo», y que el Grupo Centrista del Congreso no estaba de acuerdo en que el proyecto dictaminado por la Comisión mantuviera una excesiva discrecionalidad del juez, contemplara la necesidad de culpa de uno de los cónyuges y no permitiera acceder al divorcio sin un proceso previo de separación judicial.
«El sistema de divorcio por mutuo consenso», dijo Javier Moscoso, «es absolutamente incompatible con un divorcio que no recoja la culpa, pues hay que contemplar, junto al mutuo acuerdo, el divorcio a petición de una sola de las partes, el divorcio causal, y si una parte alega una causa y la otra la niega se llega a la controversia y a la necesidad de que intervenga el juez».
La principal preocupación socialista en ese artículo, la necesidad de que tenga que haber transcurrido un año de matrimonio para plantear la demanda de separación, fue abordada por Moscoso diciendo que «es un tema que irrita más a los socialistas del Congreso que a los de Cataluña, ya que éstos sí aceptan que la demanda deba plantearse transcurridos seis meses de matrimonio, lo que ya es un plazo». Rudolf Guerra le respondió que «ahora no es necesario este plazo ante la autoridad civil ni lo ha sido ante la eclesiástica, y si mi grupo estableció los seis meses fue por si la enmienda de Socialistas del Congreso no prosperaba, por si ustedes admitían un plazo más razonable».
Jordi Solé Tura insistió en que el divorcio propugnado por los comunistas «no plantea alargamiento de los plazos, puesto que prácticamente no los hay, y en el cese efectivo de la convivencia no hablamos de culpa, sino de la posibilidad de que uno de los cónyuges considere que la relación matrimonial ha dejado de existir».
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