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Problemas comerciales y defensivos en el diálogo entre Estados Unidos y Japón

Los problemas comerciales y defensivos centran el diálogo entre Estados Unidos y Japón, en el curso de la visita a Washington del ministro japonés de Asuntos Exteriores, Masayoshi Ito, que se entrevistará hoy con el presidente estadounidense, Ronald Reagan.Firme pilar de la política norteamericana en Extremo Oriente, Tokio encuentra cada vez más dificultades para continuar su espectacular progresión de exportaciones hacia EE UU, en particular en el sector del automóvil.

Presionada por empresarios y sindicatos del automóvil norteamericano (que acumuló 4.200 millones de dólares de pérdidas globales en 1980), "a Administración Reagan quiere que Japón limite voluntariamente sus ventas de automóviles en Estados Unidos. Los japoneses vendieron 1.900.000 automóviles en Estados Unidos en 1980, cubriendo casi el 26% del total del mercado norte americano, en un momento, en que los grandes de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler) sumaban las pérdidas más importantes de la historia. La entrevista Reagan-lto será completada con otra a un nivel más técnico, en la que participará Bill Brock, representante norteamericano para asuntos comerciales. Tokio parece inclinado a ceder, autolimitando sus exportaciones de vehículos a EE UU.

Si el capítulo comercial es el más urgente de las relaciones EE UU-Japón, los aspectos políticos y militares son de capital importancia a largo plazo. La Administración Reagan quiere recuperar terreno en Extremo Oriente, como demuestran sus políticas de acercamiento con Corea del Sur y Taiwan.

Ito se entrevistará también con el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, y con el secretario de Defensa, Caspar Weinberger.

Masayoshi Ito llega con el aval de representar un aliado firme de Estados Unidos, que incluso destina mucho más que cualquier otro aliado de Europa occidental al crecimiento del presupuesto militar. Durante los últimos años, Tokio aumentó el gasto de defensa en el 7% anual, mientras Washington intentaba convencer a los europeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que, cuando menos, debían destinar el 3% del crecimiento anual a la defensa.

Washington y Tokio analizarán también sus relaciones con el gran coloso de Extremo Oriente, China Popular. Aunque con estrategias diferentes, japoneses y norteamencanos esperan ser los grandes beneficiarios de la apertura china hacia el exterior.

El mensaje entregado ayer en Pekín por el ex presidente Gerald Ford al presidente chino, Deng Xiaoping, exponiendo los deseos del presidente Ronald Reagan para que «continúen las buenas relaciones» entre Washington y Pekín, es un mensaje que llega parcialmente cojo, por el deseo de Reagan de apoyar militarmente al régimen de Taiwan (considerado como territorio nacional por Pekín), con la posible venta de aviones de combate norteamericanos del modelo F-16.

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