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La convocatoria de Calvo Sotelo a los ocho grandes bancos despierta cierto recelo en el sector

Dentro de la política de concertación iniciada por el presidente del Gobierno, hoy se reúnen en un almuerzo con el jefe de Ejecutivo, en el Banco de España, los presidentes de las ocho entidades bancarias más importantes del país, el ministro de Economía y Comercio, el gobernador del banco emisor y el presidente de la patronal bancaria. Este encuentro parece completar el ciclo de contactos que Leopoldo Calvo Sotelo iniciase con los representantes de los principales partidos políticos y que durante la pasada semana ha extendido a los medios empresariales y sindicales.

Aunque esta reunión no cuenta con un programa de temas concretos a tratar, medios del sector bancario se han venido mostrando recelosos a lo largo de los últimos días, e incluso han llegado a apuntar su desacuerado por la convocatoria en sí y por la amplia difusión que se le ha dado a la misma.Leopoldo Calvo Sotelo venía manteniendo contactos periódicos con los representantes más significativos de las entidades de crédito en su anterior etapa de vicepresidente económico. Este tratamiento es precisamente el que le han pretendido dar los portavoces de la Moncloa al encuentro. No obstante, su proximidad en el tiempo a los contactos mantenidos por el jefe del Ejecutivo con las fuerzas políticas, económicas y sindicales más significadas del país no puede pasar inadvertido.

Dentro de la estrategia de mantener un Gobierno monocolor de UCD, pero contando con un apoyo lo más amplio posible por parte de las restantes fuerzas, lo que ha sido calificado por algunos medios empresariales como un intento de diluir las responsabilidades de gobierno, Calvo Sotelo ha convocado a los banqueros por separado de los empresarios, haciendo así buenas las palabras del presidente del Banesto, José María Aguirre Gonzalo, quien afirmó hace unos días que de los tres poderes fácticos tradicionalmente considerados, Iglesia, milicia y banca, es esta última quien muestra un mayor grado de cohesión. Estas declaraciones fueron puntualizadas por Luis Valls, presidente del Banco Popular y uno de los grandes estrategas de la política bancaria del momento, quien señaló que probablemente Aguirre Gonzalo desconocía la presencia de periodistas en el transcurso de la reunión donde realizó estas declaraciones.

La posibilidad de que el presidente del Gobierno apele a los principios de solidaridad nacional e invite a los bancos a realizar un esfuerzo inversor en los sectores con mayores posibilidades de actuar como motor para la reactivación económica del país, y que son normalmente los que producen una rentabilidad directa menos favorable, ha sido considerada en las reuniones que se han realizado dentro del sector a lo largo del último fin de semana.

Agravios comparativos

Las respuestas a este posible requerimiento no parecen claras ni unánimes. Por una parte, el sector probablemente esgrimirá una larga tabla de agravios comparativos, que van desde las recientes disposiciones oficiales sobre ordenación del sistema financiero hasta las supuestas facilidades que se le están dando a la banca extranjera para su penetración en el mercado financiero español, cuyos más claros exponentes son las tensiones que se desataron tras la adquisición por parte del Barclay's del paquete mayoritario de acciones del Banco de Valladolid, que obraba en poder de la Corporación Bancaria, o el informe negativo que emitió el Banco de España hace unos días sobre la posible adquisición por parte del City Bank de nuevas sociedades financieras pertenecientes al grupo de empresas de la Central de Inversión y Crédito (CIC).

Otros temas que influirán en las negociaciones, en el supuesto caso de que se produzcan, serán los aspectos relacionados con la actividad del Banco de España. Temas tales como la inspección a las entidades de crédito o la política de emisión de deuda a corto plazo son aspectos que preocupan a los banqueros.

Este encuentro se realiza dentro de un ambiente confuso. Por una parte, la realidad política, económica y social del país esbastante precaria; por otra, la banca, aunque se pueda presentar como un bloque a la hora de defender sus intereses, presenta un buen número de fisuras internas que no pueden dejar de ser consideradas.

Además, está creciendo el sentimiento de respuesta a la actuación del presidente de la patronal bancaria (AEB), Rafael Termes, a quien consideran excesivamente moderado en sus planteamientos frente a la Administración.

Está, por último, la imagen del sector en su conjunto como consecuencia de los espectaculares resultados que se están anticipando. Esos incrementos en los beneficios, superiores ampliamente en un 20% a los del año anterior, junto con las intenciones declaradas de proceder al cobro de los servicios que prestan, están siendo muy mal acogidas por la opinión pública, lo que agudiza la sensación de incomodidad ante esta convocatoria.

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