Asesinado en Pamplona un teniente coronel retirado, junto a la puerta de una iglesia
El teniente coronel de¡ Ejército, en situación de retiro, José Luis Prieto Gracia fue asesinado ayer en Pamplona cuando se disponía a entrar en la parroquia de Nuestra Señora del Huerto para asistir a misa de ocho de la tarde. El atentado fue perpetrado, al parecer, por una mujer, que se acercó al militar retirado y efectuó dos disparos en la cabeza, uno de ellos en la nuca. Varios familiares presenciaron el hecho, y, la propia esposa del teniente coronel intentó detener a los agresores. El teniente coronel Prieto había sido durante trece años jefe de la Policía Foral de Navarra.
El militar fallecido se dirigía a la citada parroquia, situada en las proximidades de su domicilio, en el barrio de San Juan, en compañía de su mujer. Según comunicó a EL PAIS una empleada de la iglesia, el teniente coronel Prieto solía acudir diariamente a misa, y era muy conocido en dicha feligresía. La muerte fue instantánea. El cadáver permaneció una hora en el lugar de los hechos.El atentado, según las primeras versiones de lo sucedido, tuvo características similares al perpetrado el pasado jueves en la puerta de la basílica de Begoña, en Bilbao, contra el teniente coronel Romeo Rotaeche. Precisamente, tras aquel atentado, la Junta de Jefes de Estado Mayor acordó extremar las medidas de seguridad a miembros e instalaciones de las Fuerzas Armadas ante lo que se temía como una escalada de violencia de ETA Militar contra el Ejército, extremo este que parece confirmarse.
En el atentado, según versiones recogidas en el lugar donde se produjo, participaron dos personas, una de las cuales, al parecer la mujer, fue la que efectuó los dos disparos que acabaron con la vida del teniente coronel Prieto. Los agresores huyeron en un Peugeot 504 de color blanco. Uno de los hijos de éste, en declaraciones a los periodistas que acudieron a la puerta dé la parroquia, dijo que cuando le fue disparado a su padre el tiro en la nuca, su madre se abalanzó contra uno de los atacantes, produciéndose entonces un segundo disparo que alcanzó al militar en una oreja. La esposa de éste, Matilde Saiz de Tejada, estuvo acompañando el cadáver de su marido durante la hora en que estuvo en el suelo en espera de la llegada del juzgado de guardia. Varios de sus hijos se incorporaron al lugar del atentado nada más conocerse la noticia, propagada rápidamente por el gran número de personas que se encontraba en esos momentos por los alrededores.
Precisamente el párroco de Nuestra Señora del Huerto celebró la misa de las ocho en memoria del teniente coronel Prieto, dentro de un clima de gran nerviosismo entre los feligreses, ya que a escasos metros del pórtico de la iglesia se encontraba el cadáver. Un redactor de este periódico se puso en contacto, a los pocos minutos de conocerse el atentado, con un hermano de la víctima residente en Pamplona, quien desconocía lo sucedido y prorrumpió a llorar.
El teniente coronel Prieto había nacido el 27 de marzo de 1919 en Tafalla (Navarra), y asumió el mando de la Policía Foral de Navarra el 2 de enero de 1966 con el grado de comandante de artillería de Estado Mayor. Su anterior destino en el Ejército de Tierra fue en la unidad de artillería de Pamplona.
Ascendió a teniente coronel dentro de la Policía Foral, de la que se retiró en abril de 1979, coincidiendo con la toma de posesión de la nueva Diputación salida de las urnas. Era una persona muy conocida no sólo en Pamplona, sino en toda Navarra, dado los años en que ostentó el mando de la Policía Foral. Estaba casado con Matilde Saiz de Tejada, y tenía siete hijos. Este periódico se puso en contacto, conocido el atentado, con el actual jefe de la Policía Foral, capitán Luis Lezana Odriozola, sucesor en el cargo del teniente coronel Prieto. «Era una persona honesta y honrada, de comunión diaria, con un gran sentido del orden», dijo. «Han atentado contra él porque era militar y no por su anterior cargo de jefe de la Policía Foral. Tenía por costumbre acudir todos los días a misa en la misma iglesia, que se encuentra muy cerca de su casa».
El capitán Lezana señaló, por último, que había mantenido contactos en razón de su cargo con la víctima, ya que, aunque hubo un período de varios meses en que la Policía Foral de Navarra estuvo sin jefe, había sido su antecesor.
Una patrulla de la Policía Militar tomó posiciones, poco después del atentado, en el portal del número 24 de la avenida de Bayona, donde residía el teniente coronel Prieto Gracia. Vehículos de la Policía Nacional patrullaron durante toda la noche por el barrio de San Juan, muy concurrido a esas horas.
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