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El programa de la RAI sobre la prostitución se convierte en un caso político

Juan Arias

Un nuevo problema ha surgido para el programa televisivo A.A.A., ofrécese, que cuenta la vida de la prostituta francesa Veronique durante una hora de trabajo en la capital italiana, filmada en su alcoba con el método del objetivo indiscreto. Mientras la RAI (televisión estatal italiana) había autorizado su proyección para el jueves próximo, fiesta de San José, después de haberla suspendido el jueves pasado, con gran escándalo de la opinión pública, los dirigentes mismos de esta televisión acaban de ser denunciados ahora a la Fiscalía de la República de Roma.

Contemporáneamente, el magistrado Giancarlo Amati ha secuestrado toda la documentación relativa a los papeleos entre la RAI y las cinco autoras del programa. No ha sido secuestrado el programa todavía, pero se espera que el mismo magistrado pida el material para poder analizarlo antes de su proyección. En una palabra, todo hace presagiar que tampoco esta vez los italianos podrán ver el picante programa que, después de tanta publicidad, lo único que podrá suscitar es, como decía ayer un diario romano, «una gran decepción».La denuncia a los dirigentes de la televisión italiana ha sido expuesta a la Fiscalía de la República por el abogado Tommaso Manzo y otros tres ciudadanos: Alessandro di Prieto, Teodoro Buontempo y Giampiero Rubel. Desde Milán, Franco Emi, presidente del Centro Cultural Forlanini, había levantado la liebre cuando afirmó que la magistratura podría intervenir, ya que bastaba consultar el Código Penal para darse cuenta que las autoras del programa, sobre Veronique habían cometido diversos delitos. De hecho, de la denuncia que se ha presentado, los jueces de Roma, después de haber reconstruido toda la historia del programa, se deduce que las autoras del programa y los dirigentes de la RAI han violado las normas de la ley Merlini, que abolió la prostitución en Italia. Según este documento, la RAI pagó a las autoras del programa para que consiguieran contratar en París a la prostituta Veronique. Otras acusaciones se refieren al hecho de que las directoras del programa, que forman parte de una cooperativa de cine, recibieron de la televisión estatal una suma de dinero para alquilar un piso en la zona de Santa María Maggiore, de Roma, donde Veronique ejerció la prostitución con clientes buscados por las autoras del programa, a través de la publicidad de los diarios romanos. En este caso, tanto los dirigentes de la televisión esta tal, que estaban informados de todos los pormenores, como las autoras del programa, deberían ser juzgados por la violación del artículo 3 de la ley de 20 de febrero de 1958, número 75, que prohíbe abrir casas de prostitución. Más aún, según el abogado que ha hecho la denuncia, «las autoras del programa y los mismos dirigentes de la RAI han violado también el artículo 4 de la misma ley al contratar a Veronique para que ejercíera la prostitucíón».

Por lo que se refiere al secuestro de los documentos relacionados con la preparación y el contrato firmado por la RAI para la realización del programa, el juez Armati está haciendo una investigación -empujado por toda una serie de denuncias que le han llegado de sectores conservadores- al objeto de comprobar si tanto las autoras como los dirigentes de la RAI pueden ser acusados de haber violado el artículo 615 del Códlgo Penal. La ley contempla una condena con una pena de hasta seis años de cárcel a quien, mediante el uso de imágenes o sonidos, se procura indebidamente noticias o imágenes que se relacionan con la vida privada del prójimo. El magistrado Armati ha anunciado que convocará próximamente al Palacio de Justicia tanto a las directoras del programa como a los altos dirigentes de la RAI, para que respondan a las numerosas denuncias llovidas sobre la mesa de los jueces. Los observadores subrayaban ayer que ya no cabe duda que el caso Veronique se ha convertido en un precioso caso político, a unas semanas de los importantes referendos radicales y de las elecciones municipales de Roma.

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