Comunistas catalanes abuchean a Santiago Carrillo en Barcelona
Por dos veces, Santiago Carrillo indicó ayer en Barcelona, en un mitin organizado por el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), la posibilidad «de no seguir en el mismo partido», aludiendo a sus discrepancias con los comunistas catalanes. Silbidos y gritos de repulsa, que originaron varias interrupciones, fueron otra de las notas destacadas de la intervención de Carrillo. Miembros del Comité Ejecutivo del PSUC calificaron ayer la intervención del secretario general del PCE de «totalmente provocadora, tendente a desacreditar el PSUC»
Unas 6.000 personas asistieron a un mitin organizado por el PSUC en defensa de las libertades, la Constitución y la autonomía. La presencia de Carrillo -que desde hacía muchos meses no había hablado en público en Barcelona- fue buscada por los comunistas catalanes como un medio para apaciguar la larga polémica existente entre el PCE y el PSUC. El resultado fue de signo contrario al deseado.La intervención del secretario general del PSUC, Francesc Frutos, no revistió caracteres especiales. Afirmó que en Cataluña «hay una sola clase obrera, un solo pueblo», atacando a quienes pretendían producir divisiones entre los catalanes de origen y los inmigrantes.
Saritiago Carrillo, en su primera parte, defendió los términos nación y nacionalidad aplicado a Cataluña. Manifestó que ya eran utilizados por los reyes españoles en el siglo XVI.
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Santiago Carrillo alude a la posibilidad de ruptura entre el PCE y el PSUC
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Las primeras discrepancias con sectores del público surgieron cuando Carrillo hizo referencia a la bandera española. No obstante, Carrillo negó que hubiese utilizado la expresión banderolas regionales en su conversación con un periodista de Le Monde. Respecto al tema de la bandera, los gritos y silbidos fueron escasos y, en casos, apagados por algunos aplausos.
El primer conflicto serio por parte del público surgió cuando Carrillo afirmó «que nadie piense que la libertad de España la va a defender el otro bloque. Que nadie piense que van a venir sus tanques a defenderla».
Poco después, Carrillo aludió a la «política eurocomunista que defiende el PCE». La sola alusión al término eurocomunismo, rechazado en el último congreso del PSUC, motivó gran cantidad de silbidos y gritos en contra de la persona de Carrillo. Algunos de estos gritos eran insultos personales irreproducibles.
Ante ello, Carrillo afirmó: «Si Tejero no me hizo tirar al suelo, nadie me va a impedir hablar aquí». Hubo nuevos silbidos, que siempre iban acompañados de aplausos.
Ante la situación creada, Carrillo afirmó que, «si no hay un clima de respeto, va a ser muy difícil que sigamos en un mismo partido». Instantes más tarde, tras una alusión a la política internacional se produjo una nueva interrupción, motivada por una mezcla de silbidos y aplausos. En esta ocasión, Carrillo afirmó: «Si no terminamos con eso de tratarnos como si fuéramos enemigos, no podremos seguir en el mismo partido».
Más adelante afirmó: «La situación de nuestro partido no es fácil». En este momento fue interrumpido por un conocido dirigente local de CC OO, quien le gritó: «¿Por culpa de quién?».
Otras consideraciones más genéricas de Carrillo sobre Estados Unidos, la conveniencia de retrasar la discusión sobre el ingreso o no en la OTAN, contra el golpismo, entre otros temas originaron numerosos aplausos. En ningún momento fue coreado el nombre de Carrillo, sino que el único grito fue « ¡PSU C, PSUC! ».
Dirigentes del PSUC acusan a Carrillo de "provocador"
Miembros del comité ejecutivo del PSUC quedaron muy sorprendidos ante la actitud, que calificaron de «totalmente provocadora» del dirigente del PCE. Las fuentes añadieron que «Carrillo vino a provocar una reacción airada con el fin de apoder argumentar que el PSUC es una jaula de grillos incoherente, cuando nuestro principal problema nace precisamente del intervencionismo de Carrillo, quien sorprendentemente amenaza con que dejamos de pertenecer a un mismo partido, cuando precisamente el PSUC y el PCE son ya dos partidos diferentes desde siempre».
Las fuentes manifestaron que en los últimos meses Carrillo había amenazado en varias ocasiones en crear en Cataluña una organización del PCE. En este sentido consideraron muy característico el que Carrillo evitara toda alusión a la conveniencia de evitar divisiones intercomunitarias, que en cambio había constituido un tema importante en la intervención del secretario general del PSUC.
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