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El secuestro del avión paquistaní pone de relieve el aislamiento del régimen militar de Zia Ul Haq

El secuestro, desde el lunes 2 de marzo, de un Boeing de la compañía Pakistan International Airlines (PIA) es el primer acto terrorista de alcance internacional contra el inestable régimen de Islamabad, y pone de relieve las dificultades internas que atraviesa el sistema autoritario militar del presidente Zia Ul Haq y su aislamiento internacional.

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En contra de lo que preveían numerosos observadores, las detenciones efectuadas el sábado, domingo y lunes de personalidades vinculadas a la izquierda y al Partido Popular Paquistaní (PPP), dirigido por la viuda y la hija de Ali Bhutto, ex primer ministro ejecutado en 1977, no han suscitado ninguna reacción violenta de hostilidad al régimen.También figuran entre los centenares de personas arrestadas numerosos cuadros de los partidos prohibidos por la ley marcial, en vigor desde el golpe de Estado del 5 de julio de 1977. Pero la represión también ha afectado a personalidades sin vinculaciones partidistas, como el más célebre actor paquistaní, Mahammat Ali, y el director del prestigioso semanario Viewpoint.

Todos los detenidos lo han sido en virtud de la ley marcial, que estipula que las personas sospechosas de cometer crímenes contra el Estado pueden ser encarceladas de forma preventiva y por un tiempo ilimitado.

Fuentes de la oposición paquistaní son incapaces de dar detalles sobre las condiciones de detención de Begum Bhutto y de su hija Benazir, símbolos de la lucha contra el régimen y cuyo, traslado forzoso a una propiedad familiar situada en una zona rural fue anunciado en, Karachi. El arresto de Begum Bhutto «no tiene ninguna relación con el asunto del Boeing desviado hace diez días», declaró el martes el secretario general del Ministerio de Defensa, general Rahim Jan.

Si en un primer momento la intervención de la URSS en Afganistán supuso un respiro para el régimen de Islamabad, al incrementar el valor estratégico de Pakistán y al propiciar en el interior una especie de unión nacional antisoviética, el Gobierno de Zia UI Haq parece ahora más aislado que nunca.

El reajuste gubernamental efectuado por el presidente el lunes subraya justamente este aislamiento. Zia Ul Haq no ha encontrado ninguna personalidad de relieve dispuesta a formar parte del nuevo Gabinete. Todas las personalidades sondeadas, incluso los fundamentalistas islámicos, hasta ahora bastante vinculados a un régimen que proclamó el Corán ley suprema, rechazaron la oferta por falta de garantías sobre la reinstauración, a largo plazo, de la democracia parlamentaria.

Al presentar su nuevo Gabinete, el presidente no dudó en afirmar que «un buen Gobierno no tiene por qué ser necesariamente representativo ».

Por su parte, la oposición no permanece inactiva. Los nueve principales partidos paquistaníes, desde la izquierda marxista hasta los fundamentalistas islámicos, incluido, por supuesto, el principal partido del país (PPP), han creado el 6 de febrero un Movimiento para la Restauración de la Democracia (MRD), que reivindica la supresión de la censura y de la ley marcial, la liberación de los presos políticos, la dimisión del jefe del Estado y la organización de elecciones libres. Por ahora sus convocatorias han tenido, sorprendentemente, escaso éxito, y sus militantes han resultado ser las principales víctimas de la ola represiva que fue decidida antes del inicio del secuestro aéreo.

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