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Denuncia contra la residencia Primero de Octubre por la muerte de un bebé

Ana Araceli Navas, de veintidós años, madre del niño de cuatro meses, Eduardo Méndez Navas, que falleció el lunes a consecuencia de una insuficiencia respiratoria, según informó la Jefatura Superior de Policía, ha presentado una denuncia por supuesta negligencia contra los responsables del hospital Primero de Octubre, ya que el bebé había recibido asistencia médica en este centro la tarde anterior a su muerte, tras la cual había sido dado de alta. El cadáver del niño, una vez que el juez ordenó el levantamiento del mismo, fue trasladado desde su domicilio, situado en una chabola de la colonia Rancho del Cordobés, en Villaverde, al Instituto Anatómico Forense, donde ayer por la tarde aún no le había sido practicada la autopsia.Según ha podido reconstruir EL PAIS -Ana Araceli Navas había desaparecido ayer de la chabola número 240, del citado barrio, donde vivía sola, en compañía de su hijo, y se había ido a casa de su madre, en domicilio desconocido-, el niño fue ingresado en el servicio de urgencias del Primero de Octubre, a las 15.30 horas del domingo, aquejado de un fuerte catarro nasal. En el citado centro estuvo alrededor de unos noventa minutos en observación, y los facultativos de guardia no observaron que fuera necesario su ingreso, por lo que, tras el diagnóstico y la medicación correspondientes, comunicaron a la madre que podía llevarse a su hijo. El niño falleció al día siguiente.

Según Eduardo Arroyo, director del hospital en cuestión, está por probar que haya alguna relación entre la visita en consulta el domingo y la muerte del niño el lunes. El doctor Arroyo rechazó cualquier acusación de negligencia por parte de la plantilla médica del hospital y, en concreto, por los médicos que le atendieron, y señaló que no tenía ninguna noticia de la presentación de una denuncia contra la dirección del centro. Según el director del Primero de Octubre, al niño no se le apreció ninguna insuficiencia respiratoria, y sí un fuerte catarro nasal, por lo que se le atendió debidamente y se le dispensó la medicación adecuada. «Es necesario conocer el resultado de la autopsia antes de pronunciarse, ya que bien podría tratarse de lo que los pediatras llaman una muerte de cuna, que puede tener numerosos motivos», agregó.

Viviendas infrahumanas

El Rancho del Cordobés alberga a unas 150 familias. Está formado por un poblado de chabolas, muchas de ellas en ruinas, sin las más mínimas condiciones de habitabilidad. Los residentes sólo disponen de dos grifos exteriores para abastecerse de agua. Ambos no funcionan desde hace 48 horas. En una de las chabolas próximas a la de Ana Araceli Navas hay un gran letrero que dice: «Ratas, no».

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