Suspicacias por las dimisiones centristas en la Diputación General de Aragón

La dimisión de los principales cargos de la Diputación General de Aragón, y en especial la de su presidente, Juan Antonio Bolea, ha provocado suspicacias en círculos políticos, a pesar de que fuentes del partido centrista insisten en que se trata solamente de encomendar las tareas del organismo preautonómico a personas que puedan darle la plena dedicación que exige el actual volumen de trabajo.Asimismo, afirmaba el secretario provincial de Zaragoza, los parlamentarios han hecho el acto de renuncia de modo personal y reflexivo, sin presión alguna. Los principales recelos los expresan, de un lado, el PSOE, que no descarta una relación de las dimisiones con la reciente reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Autonómicos y al mismo tiempo con un posible cambio en la política autonómica de UCD, en el sentido de conseguir una concertación con el PSOE en este tema.

El Partido Aragonés Regionalista (PAR) también manifiesta sus dudas de si es una maniobra política para premiar a unos con un ascenso y apear definitivamente a otros de sus cargos o de si, en realidad, el asunto tiene raíces más profundas.

Ambos partidos coinciden en rechazar el funcionamiento de la Diputación General, y piensan que la crisis puede ser positiva «si la oportunidad sirve para relanzar la Diputación General de Aragón y que la idea autonómica se prestigie», como decía un representante del PAR. El PSOE, que abandonó el organismo preautonómico hace un año, condicionando su presencia a la permanencia de Juan Antonio Bolea, valora positivamente la renuncia del presidente, y piensa que se abre una puerta para el retorno de los socialistas a la Diputación General si UCD realiza con rapidez una reestructuración de la misma.

Mientras tanto, Bolea, tres años en el cargo, primer y único presidente del organismo preautonómico, cree que las críticas a su gestión han partido en exclusiva de la clase política, y que, en cambio, los aragoneses han acogido con calor sus actuaciones, y afirma que el trabajo desarrollado por la Diputación General constituye «una base muy firme» para construir un mejor futuro de Aragón.