Un sector del PSUC presiona en favor de movilizaciones

En un clima de intensificación de las tensiones internas y de los enfrentamientos con la dirección del PCE, se reunió ayer el comité central del PSUC. El primer punto del orden del día era el análisis de la situación política, tras el intento de golpe de Estado. En este apartado se incluía el informe del secretario general, Francesc Frutos, cuya lectura duró más de dos horas.El comité ejecutivo del PSUC -dominado por la tendencia «leninista»- está sometido a presiones de sentido antagónico. Por un lado, los «pro-soviéticos» o «afganos» reclaman una mayor movilización sindical y popular ante el peligro de una repetición del golpe de Estado. Este sector es fuerte dentro de la organización local de Barcelona de Comisiones Obreras, central que ha sido la impulsora de la huelga intermitente de Metro y autobuses que se iniciará el próximo jueves.

Los «pro-soviéticos» representan aproximadamente un 35% de los votos del comité central. En cambio, la corriente situada a la derecha de la dirección -la «bandera blanca», afín a Carrillo- no llega a un 20%. Esta última corriente no quiso en su día tomar parte en la composición del comité ejecutivo. Pero ahora, en base a la situación creada con el intento de golpe y presionada por Carrillo, desea pasar a formar parte de dicho órgano de dirección.

Los «leninistas» quedan situados entre dos fuegos. Fuentes de esta tendencia -dos miembros del comité ejecutivo- indicaron que no existe la menor posibilidad de, que se revisen los resultados del último congreso (que consagraron la ubicación del PSUC a la izquierda del PCE) y que tampoco se volverá a plantear la posibilidad de un congreso extraordinario.

Las fuentes «leninistas» indicaron que «Carrillo está irritado porque constata una consolidación de la actual dirección del PSUC. Quiere aprovechar la situación creada por el golpe para aplazar el congreso del PCE y el gran tema de su sustitución al frente del partido.

Las fuentes indicaron que, sin duda alguna, el comité central daría a conocer el lunes un comunicado que sería «la antítesis de lo declarado por Santiago Carrillo a Le Monde».