El Ejército portugués se proclama independiente bajo la tutela del poder civil
El nuevo jefe del Estado Mayor General del Ejército portugés, el general Nuno Melo Egidio, de 59 años de edad, abogó ayer por «la independencia de las fuerzas armadas tutelada por los órganos del poder democrático».
En sus primeras declaraciones públicas, tras asumir, el jueves, el mando del Ejército luso, el general Melo Egidio recomendó «un diálogo abierto, constructivo y permanente entre el poder político y el mando militar para ( ... ) resolver con oportunidad y realismo los problemas que resultan de las circunstancias que en Portugal siempre rodearon las relaciones entre políticos y militares».
Toda la Prensa lisboeta destacó ayer, en primera página, los discursos pronunciados el jueves con motivo del traspaso por el presidente Ramalho Eanes de la jefatura del Estado Mayor al general Melo Egidio. Los rotativos resaltan la perfecta armonía entre las alocuciones pronunciadas por los dos generales y la presencia en el acto de todos los altos mandos militares, incluidos aquellos que habían sido presentados por la Prensa de derechas como víctimas de una purga emprendida por el presidente Eanes.
Antes de ceder sus funciones militares, el jefe del Estado tomó la precaución, para evitar que el Ejército luso caiga en la «tentación española», de nombrar generales afines ideológicamente a él. Entre estos nombramientos destaca el del nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general García dos Santos, que fue jefe de la Casa Militar del presidente desde 1976.
La aparente normalidad en la ceremonia del traspaso de poderes del jueves es considerada por la Prensa lusa como la prueba del éxito de la reestructuración militar realizada por Eanes.
Los discursos pronunciados por Eanes y Melo Egidio han tenido también el mérito de anticiparse al debate sobre el nombramiento de los altos mandos militares, que deberán pronunciarse a raíz de la revisión constitucional.
Institución al servicio de la nación, no de un Gobierno
La «independencia tutelada», expresión lanzada por Eanes para caracterizar un sistema que permita asegurar que las fuerzas armadas estén al servicio de la nación en su conjunto, y no de un Gobierno, necesariamente transitorio y eventualmente minoritario, parece suscitar el apoyo de largos sectores civiles y militares, a pesar de la insistencia de un sector de.Alianza Democrática por colocar al mando militar bajo la dependencia exclusiva del Ciobierno.Sin sugerir ninguna fórmula concreta -competencia exclusiva de los constituyentes-, Eanes propone un mecanismo capaz de garantizar el «más amplio consenso», como condición de la estabilidad y neutralidad del Ejército.
Simultáneamente, aquellos que no quieren o no pueden aceptar esta organización democrática de las fuerzás armadas son invitados a abandonarlas. Su paso a la reserva voluntario ha sido facilitado por la reforma del reglamento militar, que condicionaba las dimisiones de los oficiales a la aceptación del mando jerárquico. El paso a la reserva, después de ocho años de servicio, es ahora un derecho reconocido a los oficiales.
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