No soy monárquico
y confieso que no esperaba nada del príncipe don Juan Carlos.Llegó el momento de su coronación, y ya en su discurso se pudo comprobar que allí había otra persona muy distinta. Luego todos los acontecimientos acaecidos desde aquella fecha nos han demostrado que el rey Juan Carlos I es un demócrata convencido, y esto no se hace, se nace.
Ahora, cuando ya teníamos otra vez una dictadura militar perfectamente organizada, él se ha opuesto con la dignidad, gallardía, valor y autoridad necesarias para abortar la rebelión.
Don Juan Carlos ha preferido arrostrar cualquier peligro antes que traicionar a su pueblo, y nos ha dado la lección de que un rey no es nada sin su pueblo.
El pueblo también ha demostrado con quién está y qué es lo que quiere: con su Rey y la Constitución./