Gabino Díaz Merchán: "Mi objetivo es adaptar la Iglesia a la modernidad"

«Mi objetivo como presidente de un órgano colegiado consiste en adaptar la Iglesia a la modernidad, sin dejarla reducida a lo privado, pero sin ser tampoco una fuerza de presión política. La fuerza de la Iglesia debe ejercerse en la misión pastoral y no en la política», declaró ayer monseñor Díaz Merchán, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, durante una conferencia de Prensa ofrecida en Oviedo.

«Mi elección como presidente de la Conferencia Episcopal Española demuestra que no hay viraje a la derecha entre los obispos, como se pretendió ver. Por eso no debe sorprender mi elección a quienes sustentaban tales teorías. Es posible que ese viraje se haya dado en casos aislados pero la Conferencia sigue una línea coherente».«Algunos obispos», añadió Díaz Merchán, «dijeron que me votaron por mi espíritu de reconciliación -no es que haya problemas graves- capaz de infundir la paz».

Respecto a la situación de la familia y el divorcio, señaló que los países socialistas son muy permisivos al principio en cuanto a la familia, pero luego acuden a normas reguladoras. «El matrimonio », argumentó, «no es un asunto meramente privado. Los que quieren simplemente juntarse, ¿para qué se casan?» Se inclinó por corregir el recurso a los tribunales extranjeros «porque no es admisible que un cristiano no pueda divorciarse en Oviedo y sí en Nueva York».

Díaz Merchán enjuició al actual Papa en la doble vertiente que ofrece de él una aparente imagen contradictoria, como consecuencia, posiblemente, de una falta de adaptación suficiente al mundo occidental. « En cuanto a la defensa de los derechos humanos y a la aceptación de algunos aspectos del socialismo», dijo, «es muy avanzado». No anatematizó la socialización de medios de producción ni las medidas dirigidas a conseguir un reparto más equitativo de las riquezas. En cambio, censuró la sociedad capitalista cuando sólo busca el lucro. «Ocurre luego que en las cuestiones relativas al matrimonio y a la sexualidad da una apariencia más involutiva. Habría que reflexionar sobre si esto es así o no, y tener en cuenta que proviene de una cultura eslava y de un país socialista».

Respecto del viaje de Juan Pablo II a España señaló que fue el propio Papa quien expresó su interés por hablar de la paz en el País Vasco. Subrayó sus buenas relaciones con Elías Yanes, ex obispo auxiliar suyo en Oviedo. «Cuando hacíamos pastorales conjuntas en Asturias, durante el régimen anterior, a mí me atribuían los pasajes piadosos y a Elías los aspectos más críticos hacia la actuación del sistema. Con motivo de un apaleamiento de trabajadores ancianos en Gijón el consejo presbiteral llegó casi a llamarnos la atención y algunos sacerdotes comentaron que el responsable de la actitud del documento era Elías Yanes. Yo entonces tuve que decir la verdad: los pasajes más piadosos eran los suyos, y los que nos reprochaban, los míos».