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Investidura de Leopoldo Calvo Sotelo

Felipe González insinuó la necesidad de un referéndum previo a la entrada de España en la OTAN

El ingreso de España en la OTAN polarizó el debate que sostuvieron Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González, al exponer este último la posición del Grupo Parlamentario, Socialista ante la investidura. Mientras el candidato a la Presidencia del Gobierno insistió en que la entrada en la Alianza no tendría que conllevar necesariamente la nuclearización de nuestro país, el secretario general del PSOE recalcó que la decisión corresponde al pueblo e insinuó la necesidad de celebrar un referéndum sobre el tema. González agregó que en el caso de una adhesión sin pronunciamiento mayoritario de los españoles, su partido, en el supuesto de que accediese al poder, plantearla la retirada del organismo.

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El secretario general socialista inició su intervención pidiendo explicaciones sobre las causas de las últimas crisis de Gobierno. Analizó seguidamente el programa económico del candidato, definiéndolo como conservador y afirmando que no tiene, en cuenta la perspectiva de buscar una sociedad más justa y solidaria. Señaló que los socialistas no están en contra de que se vaya hacia el pago de los precios reales de la energía y solicitó respuesta sobre las consecuencias que ello ocasionaría en la pesca y en la agricultura. Respecto a la creación de un ente de hidrocarburos, pidió aclaraciones sobre si dependerá o no del Instituto Nacional de Industria.«¿Se va a hacer una política de concertación en la reestructuración industrial?», preguntó después. «¿Qué política agropecuaria se seguirá?, ¿se negociarán globalmente los precios agrarios?, ¿qué reestructuración sufrirá la agricultura de cara a la integración en la CEE?». Exigió también respuesta sobre las causas que impiden un acuerdo pesquero con Marruecos y demandó cuáles serán las contrapartidas que reciban los trabajadores con la moderación salarial y la flexibilización de plantillas planteadas por Calvo Sotelo.

Al entrar en el juicio de la política exterior, recalcó que se había caído en la tentación maniquea de dividir a la Cámara en derechas e izquierdas.«Yo desearía», dijo, «que España no se convirtiese en un país como Polonia, que lucha por su libertad. Haremos un mal servicio a España si debatimos el tema del ingreso en la OTAN cayendo en el maniqueismo de hacer divisiones en dos bandos, pro americanos y prosoviéticos».

El líder socialista destacó que su partido había pretendido siempre una política exterior lo más unitaria posible y manifestó que no siente placer alguno al ver que hay bases extranjeras en España. «Les he preguntado a ciudadanos norteamericanos», añadió, «sobre la reacción que provocaría allí la presencia de bases extranjeras, y me comentaron que tendrían una gran contestación popular». Sin embargo, Felipe González dijo que el PSOE mantiene la necesidad de renegociar los tratados con Estados Unidos, «eso no quiere decir que los socialistas no cooperásemos en la defensa de la libertad». «En la OTAN», declaró, «estuvo la dictadura de Salazar. El sistema político no es lo que más interesa a la organización, lo que más le interesa es la defensa militar».

"Ningún beneficio y graves riesgos"

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Subrayó que, al medir los pros y los contras, el ingreso en la OTAN no suma ningún beneficio y aporta riesgos muy graves.

Brevemente repitió las preguntas formuladas por los portavoces socialistas vascos y catalanes en materia autonómica, para abordar seguidamente los planteamientos del candidato en cuanto a la seguridad ciudadana, aspecto, sobre el que juzgó que no se había. hecho una oferta clara. «Hace falta», comentó, «una política de seguridad ciudadana con firmeza. La indignidad hay que extirparla en beneficio de la policía. Se habló de la droga como causa de la delincuencia juvenil, y eso no es correcto. Es una consecuencia y no una causa».

Seguidamente, Felipe González lamentó las imprecisiones sobre las actuaciones en materia legislativa. Dijo que el candidato tiene que responder sobre lo que va a hacer su Gobierno y no remitir el pronunciamiento a su grupo parlamentario. Reclamó aclaraciones sobre el futuro de la ley de Divorcio, dela ley dé Autonomía Universitaria, sobre el proyecto de incompatibilidades y sobre la ley del Gobierno. Igualmente mostró su disgusto porque en el programa de Calvo Sotelo no se aludiese a los seis millones de personas que constituyen la tercera edad, así como a cuestiones tan trascendentales como la educación, la cultura y la sanidad. «Un país sin educación. y sin preocupación por la cultura», sentenció, «no tiene futuro».

Citó entre las lagunas la desatención hacia los enseñantes y sus ínfimos salarios. «Es imposible», recalcó, «iIusionar a esta sociedad sin atender los problemas que cada día le preocupan ».

Calvo-Sotelo: "Estoy dispuesto a negociar contrapartidas"

«Mi programa me ha parecido, excelente en el resumen riguroso del señor González Márquez».De esta forma, Leopoldo Calvo Sotelo inició su réplica, al secretario general del PSOE, en la que trató de precisar y dar respuesta a algunas de las interrogantes que le había planteado el líder socialista.

Declaró que su política económica está en línea con la que se ha hecho en los últimos meses y por ello señaló que era injusto ponerle el adjetivo de reaccionaria. Puso vehemencia en desmentir que el programa económico vaya a pesar especialmente sobre las clases menos favorecidas. «He demostrado», agregó, «cómo los menos favorecidos han ido aumentado su participación en la riqueza de todos».

Tras insistir en que los precios de la energía deberán repercutir sobre aquellos que la consuman, expuso que las situaciones de los agricultores y los pescadores serán tenidas encuenta. Anunció que el Instituto Nacional de Hidrocarburos está dentro del Ministerio de Industria y puntualizó que todavía no se había estudiado si el organismo estará incluido en el INI. Mantuvo que la reestructuración industrial se hará bajo bases de concertación. En cuanto a la moderación del empleo, subrayó que habría contra partidas. «He hecho un llamamiento al diálogo» agrego, «y cuando estoy dispuesto a él es que estoy dispuesto a negociar contrapartidas».

Para refutar la acusación de que su programa beneficiará a las grandes empresas, comentó: «Antes de conocerse estaba subiendo la Bolsa, y después de haberlo expuesto ha empezado a bajar gravemente».

Recalcó que la hipotética incorporación a la OTAN será planteada con serenidad y en diálogo con todos los grupos parlamentarios. Subrayó que no quería adelantar el debate, pero que no veía riesgo de nuclearización. «No habrá mayor riesgo del que ahora estamos sufriendo», proclamó. «Pienso que estaremos más independientes en el seno de una alianza multilateral que en una Milateral, que no se va a sumar a la nueva, sino acomodarse a la situación que se cree ».

Volvió a recalcar que no habría parón en el tema autonómico, y, respecto al programa legislativo que se encuentra en las Cortes, Calvo Sotelo aseguró que no tenía intención de proponer al próximo Gobierno la retirada de las leyes de Divorcio, Autonomía Universitaria e Incompatibilidades, si bien precisó que estos proyectos serían estudiados por el Gobierno.

Concluyó esta primera réplica indicando que su discurso está hecho para ser llevado a la realidad. «Tiene las limitaciones que un día podría tener el suyo, si lo expusiera en esta tribuna como candidato a la Presidencia del Gobierno».

Nuevamente tomó la palabra Felipe González, quien, tras insistir en que un debate de investidura no debe ser una trinca de oposición, señaló que a partir de 1977 la renta salarial ha ido por debajo del crecimiento de la renta global. «Los trabajadores de España», agregó, «están haciendo el sacrificio de la moderación desde hace tres años». Seguidamente relató cómo en un reciente viaje a un país europeo altos funcionarios le comentaron que la estrategia del Gobierno ante la incorporación al Mercado Común era diferente que a la de la CEOE. En cuanto al tema de la OTAN, ta portavoz socialista reiteró que la última palabra la debería tener el pueblo español.

«Creo deducir de sus palabras», prosiguió, «que no se instalará ni un solo misil nuclear en España, y pienso que los países de la Alianza serían reacios a que un país entrase con esos privilegios. No es escepticismo lo que yo tengo hacia la política de bloques, es que estoy en contra. Si algún día llegásemos al poder, propondríamos la salida de la Alianza Atlántica si el procedimiento de entrada no es un referéndum mayoritario del pueblo español».

Por último, Felipe González reclamó nuevamente precisión sobre los proyectos de ley pendientes en las Cortes. «¿Se van a modificar o no? », recalcó.

La entrada en la CEE

El candidato a la Presidencia respondió desde su escaño al líder socialista, puntualizando que la participación en la renta nacional de las rentas salariales había sido del 63,9 % en 1979 y del 64,8 % en 1980. Consideró coherente que la política del Gobierno no sea la misma que la de la CEOE, ante el ingreso en la Comunidad Económica Europea. En cuanto a la incorporación en la OTAN, Calvo Sotelo destacó que hay más países no nucleares que nucleares. Por último, respecto a la modificación de los proyectos de ley pendientes, puntualizó: «Las modificaciones que la Cámara haga es cosa de ella y de los grupos parlamentarios, y por ello no tengo más que decir».

Felipe González tomó otra vez la palabra para afirmar que no se podrá mantener por mucho tiempo la petición de moderación salarial a los trabajadores sin ninguna contrapartida. «Es una situación que se quebró en la política de Callaghan, se quebrará en la de la señora Thatcher y también en la del señor Calvo Sotelo». Al analizar de nuevo las perspectivas para el ingreso en la CEE, el dirigente socialista recalcó que los países que han ingresado han tenido en cuenta a los diversos sectores de su propio territorio. «Si el Gobierno no coincide con empresarios y sindicatos, la adhesión será muy frágil». Concluyó afirmando que hay muchos países presentes en la OTAN que están reconsiderando la conveniencia de que España entre o no en la Organización. .

Calvo Sotelo cerró el debate proclamando que a él también le preocupa la moderación salarial y comprende que no se puede mantener por mucho tiempo. «Pero, en cuanto se pueda, habrá que sostenerla, porque la solución pasa por ahí»..

Reconoció que el ingresó en la CEE hay que estudiarlo con todos los sectores afectados, y que la no incorporación en la OTAN puede crear a España una inseguridad grande, de proseguir en la actual situación de aislamiento.

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